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Hasta 98% de quienes acuden a urgencias lo hace por un tipo de dolor

El alivio del dolor debe ser considerado un derecho humano: Elizabeth Herrera, coordinadora de la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital Juárez

Escrito en ESPECIALIDADES el

En México existe la cultura de aguantarse el dolor, de creer que es algo normal o que ya pasará; sin embargo, se trata de un problema muy grave que afecta la calidad de vida en todos los sentidos y hasta causa discapacidad. Así lo explica la maestra Elizabeth Herrera Gil, coordinadora de la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital Juárez de México (HJM), quien en entrevista con SuMédico habló sobre la importancia de ponerle atención al dolor y de que el alivio de éste sea considerado un derecho humano.

“A partir del año 2000 se estableció la importancia del dolor, ya que es el 98% del signo que hace que un paciente acuda a una consulta de urgencias; por ello es una prioridad de atención y actualmente se considera un problema de salud pública a nivel mundial”, señala.

(Foto: Pexels)

Es por esto que cada 17 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Dolor, cuya finalidad es crear conciencia y destacar la necesidad urgente de encontrar un mejor alivio para el sufrimiento físico de enfermedades que causan dolor.

Dolor en mexicanos

De acuerdo con la experta, se estima que la prevalencia del dolor en los mexicanos se encuentra en un 26 a 27% pero no es una cifra exacta porque la cultura en nuestro país hace que muchos pacientes no le den la importancia al dolor, que se lo aguanten o piensen que es algo natural, ignorando que es señal de que algo en el cuerpo está fallando.

“No acuden al médico, prefieren usar remedios para intentar controlarlo, por lo que no hay un registro completo”, indica Herrera.

“Por otra parte, los registros solo toman en cuenta el dolor que se presenta en personas mayores, pocas veces se toma en cuenta el dolor en adultos jóvenes y todavía menos en niños, pero se sabe que hasta un 98% de la población que acude a un servicio de urgencias lo hace porque sufre algún tipo de dolor”, agrega. 

(Foto: Maestra Elizabeth Herrera, coordinadora de la Clínica del Dolor del HJM)

¿Cómo se define el dolor?

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés) define al dolor como una experiencia sensorial y emocional desagradable que se asocia a un daño real o potencial de los tejidos.

“El dolor afecta más a mujeres en edades de entre 45 y 55 años porque son más propensas a desarrollar algunas enfermedades relacionadas con este síntoma, como ciertos tipos de cáncer y fibromialgia”, subraya la experta del Hospital Juárez.

Así mismo, Hernández resalta que al hablar de dolor se deben tomar en cuenta tres esferas muy importantes. La primera tiene que ver con las causas del dolor, que pueden ser desde lesiones, la edad o hasta enfermedades. En segundo lugar, está la parte psicológica de la percepción del dolor y finalmente, la forma en que se controla.

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Hay varios tipos de dolor

Existen varios tipos de dolor que se clasifican principalmente en agudo, crónico y psicógeno.

El dolor agudo puede controlarse y resolverse en poco tiempo, pues en cuanto se quita la causa, la molestia disminuye. El dolor crónico puede durar mucho más tiempo, máximo tres meses debido a que no se puede controlar tan fácilmente, modificando la sintomatología y generando un dolor de modo aprendido en el que el paciente que no recibe un tratamiento adecuado se termina acostumbrando a vivir así. Por su parte, el dolor psicógeno es el dolor que se puede atribuir a factores psicológicos.

(Foto: Freepik)

En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece una escalera analgésica que ayuda a facilitar el reconocimiento del tipo de dolor que se padece, así como los mejores tratamientos.

Resignarse a vivir con dolor

“Cuando un paciente se termina resignando a vivir con dolor, poco a poco se aísla, ya no está de buen humor e incluso, puede desarrollar una depresión. Ese dolor crónico es el más difícil de tratar porque como nada ha funcionado en el paciente para controlarlo y ha estado en muchas consultas médicas sin resultado, cree que ya no hay nada que hacer, pero eso no es verdad”, indica la especialista.

(Foto: Mtra. Herrera Gil)

Así fue el caso de María de Jesús Servin, de 62 años quien, desde hace más de 40, padece artritis reumatoide deformante.

“Tenía yo 20 años cuando empecé con la enfermedad y fue algo muy difícil y estresante porque no me podía mover. Conforme fui con doctores empezaron a medicarme, pero tener un dolor crónico que te afecta de día y de noche te cambia la vida, te deprime”, describe.

“Hay momentos en que te sientes muy triste y sensible porque no puedes hacer tu vida normal. Hay días en que te sientes con muchas ganas de hacer varias cosas porque el dolor disminuye, aunque sea dos rayitas y quieres aprovechar que no estás atada a las molestias, pero de repente hay bajones, te sientes cansada y sin fuerzas de seguir adelante, aunque de la nada vuelves a tener fe y ánimos”, agrega.

(Foto: María de Jesús Servin, paciente de artritis reumatoide deformante)

El dolor no es algo normal

“Todos hemos sentido dolor alguna vez en distintos niveles y tenemos que entender que no es algo normal ni mucho menos agradable, es algo que incluso modifica nuestro estado de ánimo y ningún ser humano debe vivir así porque el dolor es tratable y controlable, pero en esta parte el autocuidado del paciente y la preparación de los médicos también es fundamental”, señala la experta.

Para ella, uno de los principales problemas es que en general “hay muchas debilidades en cuanto a la atención del dolor, porque el paciente al principio se automedica y la valoración del dolor por parte de los médicos a veces no es clara ni muy específica porque se asume que bastan analgésicos comunes para el control del dolor”.

“Hace falta sensibilizar, porque el dolor no puede ser visto como algo natural ni debe ser minimizado, de hecho, uno de los derechos de los seres humanos es no vivir con dolor, lo que significa que un paciente no debe ni vivir ni morir con dolor crónico”, recalca.

("No es algo normal ni mucho menos agradable sentir dolor". Foto: Mtra. Herrera Gil)

Causas del dolor

“Entre las enfermedades que causan dolor además del cáncer, se encuentran las afecciones del tipo ortopédico y óseo, las lesiones por accidentes o los traumas. También las enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, los problemas reumáticos, el VIH, las infecciones de tejidos blandos, enfermedades de crecimiento en niños y cefaleas”, explica la especialista.

Otro de los padecimientos relacionados con el dolor crónico es la fibromialgia, un padecimiento que Alicia Ortiz Rivera, de 56 años, tiene desde hace 9. 

“La fibromialgia es una condición común en las mujeres, muy compleja, que involucra muchos padecimientos, pero el dolor muscular y corporal es lo que más te afecta. Pasas años visitando especialistas de toda índole porque surgen muchos problemas de salud al mismo tiempo y el dolor corporal va tomando fuerza”, cuenta.

(Foto: Alicia Ortiz, paciente de fibromialgia)

“El dolor causado por fibromialgia lo puedo describir similar a como si te hubieran agarrado a golpes y te hubieran dado de tubazos en todo el cuerpo. Te duele la cabeza, los hombros, la espalda, las piernas y llega a ser tan agudo que se podría asimilar a haber tenido una severa golpiza. Hay personas que debido a esto sufren una gran discapacidad y prácticamente no se pueden mover”, relata.

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Por su parte, María de Jesús Servin, también describe cómo ha sido sufrir dolor crónico durante muchos años a causa de la artritis.

“El dolor causado por artritis es punzante, causa una inflamación tan intensa en las articulaciones que es imposible moverse, doblar las manos o las rodillas o estirar un brazo. Es limitante en todos los sentidos”, indica.

(Foto: María de Jesús Servin, quien padece dolor por artritis desde hace más de 40 años)

“Hoy no solo tengo artritis, también un problema en la columna que me impide caminar y hacer mi vida normal porque el dolor es tan fuerte que hay días en que ni siquiera me puedo mover y en general no aguanto estar mucho tiempo parada”, relata.

Dolor como segunda enfermedad

Al respecto, actualmente se ha encontrado que el dolor puede ser una segunda enfermedad y es considerado como un sexto signo vital que, de acuerdo con la maestra Herrera, “se debe evaluar con una escala cuando un paciente llega a urgencias para determinar las características específicas”

“En México tenemos varias enfermedades condicionantes del dolor, propiamente enfermedades oncológicas de todo tipo que causan dolores desde agudos hasta crónicos y que pueden derivar en otro tipo de dolor denominado neuropático, que es todavía más difícil de controlar porque requiere tratamientos específicos con medicamentos coadyuvantes como los antidepresivos o anticonvulsivantes, pues es ardoroso, punzante, quemante, frío o como hormigueo”, agrega la especialista del dolor.

(Foto: Mtra. Herrera Gil, Clínica del Dolor HJM)

¿Qué es una clínica del dolor?

La experta resalta que todo paciente con dolor crónico debe acercarse a una Clínica del Dolor, pues “es un sitio de alta especialidad en donde hay médicos expertos en clínica y terapia del dolor, así como cuidados paliativos, quienes hacen una valoración integral y una exploración del paciente con síndromes dolorosos para determinar dónde está la lesión o cuál es el proceso patológico que lo causa y así establecer tratamientos específicos.

“Si un paciente ya ha pasado por distintas consultas con el médico y reciben tratamientos que no funcionan para aliviar el dolor, entonces puede clasificarse como un dolor de difícil control que requiere atención en una clínica especializada”, asevera.

(Foto: tomada de la web)

“Desde los años 50 que tenemos establecida en México la primera Clínica del Dolor se ha logrado que se reconozca que no todos los dolores se alivian con analgésicos y que hay algunos de difícil control que requieren atención especializada”, puntualiza.

Cuidados paliativos

“Los cuidados paliativos actualmente son muy relevantes en el tratamiento del dolor porque estamos viendo cada vez más enfermedades crónico degenerativas muy avanzadas, mal tratadas y mal cuidadas desde el ámbito del paciente por la falta de control adecuado; ya sea porque no creen en su enfermedad, no tienen los recursos para tratarla o no siguen el tratamiento. Esto ha hecho que incrementen los pacientes que llegan a la clínica del dolor con un problema muy avanzado”, explica la maestra Hernández.

(Foto: Mstra. Elizabeth Herrera Gil, experta en cuidados paliativos)

Desde su experiencia, la especialista del Hospital Juárez considera que los cuidados paliativos se le deben proporcionar a ese paciente que tiene una enfermedad que ya no es curable ni controlable, donde solo hay signos vitales y se busca darle confort hasta el último minuto, porque lo importante es que el tiempo de sobrevida sea de calidad y se sienta cómodo en casa.

“El personal médico debe saber en qué momento el paciente es candidato a los cuidados paliativos; generalmente se cree que solo los pacientes oncológicos deben recibirlos, pero no es así. Tenemos pacientes con cardiopatías terminales y no tratables que sufren dolor, también pacientes del área de nefrología, con lupus, sida, etcétera”, señala.

(Foto: tomada de la web)

“En el Hospital Juárez de México empezamos con los cuidados paliativos en el año 2016, no porque antes no lo hiciéramos, sino porque en todos estos años ha cambiado la necesidad de la población. Empezamos viendo pacientes con dolores crónicos de difícil control y actualmente tenemos más pacientes paliativos con dolor”, dice.

Tratamiento individualizado

En cuanto a los tratamientos, la especialista del Hospital Juárez señala que es diferente para cada paciente, pues depende del tipo de dolor que se padezca, las causas que hay detrás y el estilo de vida que se tenga.

“Entre los principales tratamientos se encuentran los medicamentos coadyuvantes y los opioides. También están los bloqueos específicos hacia los nervios, que desinflaman y quitan los síndromes dolorosos, pero no todos los pacientes pueden ser candidatos. En los casos de hernia discal se puede hacer un procedimiento llamado discólisis”, señala.

También puede cambiar a lo largo del tiempo, pues es común que se tengan momentos sin dolor y crisis que agudicen las molestias, como en el caso de María de Jesús Servin. 

(Foto: María de Jesús Servin, paciente de artritis reumatoide)

“Me dieron analgésicos que empezaron a tener efecto al principio, pero luego tuvieron que darme cortisona y fue un paraíso porque viví sin dolor mucho tiempo, aunque después lo tuve que dejar por los efectos secundarios y me volvieron los dolores mucho más agresivos. Después de eso tuve tratamiento con homeopatía durante 10 años hasta que se volvió a descontrolar el dolor y luego recibí acupuntura, que me ayudó muchísimo”, cuenta.

¿Es posible prevenir el dolor crónico?

“Sí es posible, pero nos falta educar más a la población para generar una cultura de autocuidado. Por ejemplo, un paciente con diabetes sabe que, si lleva su dieta controlada y mantiene en control su glucosa, difícilmente va a llegar a tener un dolor crónico o una neuropatía por un mal control de la enfermedad”, explica la experta.

Alicia Ortiz es un ejemplo de ello, pues cuenta que hoy está perfectamente controlada.

“Estoy casi sin tomar medicamentos, pero practico mindfulness, cuido mucho mi alimentación y procuro tener una calidad del descanso y estar activa, aunque no soy muy buena para hacer ejercicio. Si me excedo en algunos tipos de actividades o como cosas que me generan inflamación puedo tener recaídas de dolor en todo el cuerpo”, puntualiza.

“Algunos creen que solo es una cuestión psicológica o que la gente se lo inventa pero no, hay toda una alteración de los nervios que causa un dolor verdaderamente intenso y en la desesperación, muchas personas se vuelven dependientes de los fármacos. Lo mejor es cuidarse, seguir el tratamiento y complementar con alternativas que favorezcan un mejor control sin depender tanto de los medicamentos”, agrega.

(Foto: Alicia Ortiz, paciente de fibromialgia desde hace 9 años)

Por su parte, la maestra Herrera subraya que “la detección oportuna de algunas enfermedades también ayuda porque se dan los tratamientos de manera inicial y se hace un seguimiento que va a evitar complicaciones como el dolor crónico”.

“Nosotros en el Hospital Juárez también hacemos procedimientos para prevenir el dolor crónico, especialmente en pacientes de oncopediatría que tienen osteosarcoma, ya que antes de una cirugía les damos un tratamiento para que el control del dolor no sea difícil o se convierta en un dolor crónico mal manejado”, explica.

“Se manejan dolores previos, trans y post, de manera que podamos evitar tanto como sea posible el desarrollo de un dolor crónico”, agrega Herrera.

Lo que falta por hacer

“Es muy importante que los pacientes que lo necesitan conozcan esta especialidad, pero sobre todo, que estén conscientes de que el tratamiento siempre es individualizado y que algo que le funciona a algunos, no es útil para otros”, puntualiza la especialista del Hospital Juárez de México.

“También es fundamental no tenerle miedo a algunos tratamientos para el dolor como son los opioides, porque se pueden manejar en todas las especialidades en las dosis adecuadas de manera efectiva. Para ello, los médicos también tienen que informarse al respecto, para que sepan cómo prescribirlos, en qué momento y siempre tomando en cuenta la escalera analgésica que la OMS establece”, señala.

(Foto: Wikipedia. Escalera Analgésica de la OMS)

Finalmente, Alicia Ortiz comparte algunas recomendaciones para los pacientes que sufren dolor crónico por una enfermedad como la que ella sufre.

 “Padecer dolor sí requiere de un grado de aceptación sobre el hecho de que se padece algo crónico, pero nunca se debe olvidar que hay formas de mejorar mucho la calidad de vida, no hay que quedarse postrado ni victimizarse. El cuerpo tiene un fuerte poder de sanación, pero hay que trabajarlo, educarse y atenderse con un buen acompañamiento médico y psicológico para poder salir adelante”, aconseja.

"No identificarse a una misma como ''enferma''. La fibrosis es una condición que tengo, pero no me define como persona, soy varias cosas más y considero que pensar así me ayuda a no engancharme con la enfermedad y el dolor que implica cuando descuido cosas como la hidratación, alimentación, la movilidad física y el bien dormir. Tampoco ha sido un impedimento para hacer actividades físicas como andar en bici o hacer caminatas", agrega. 

(Foto: Alicia Ortiz, paciente de fibromialgia)

“Para atender el dolor yo les recomiendo ir con un buen médico desde un principio, seguir todas las indicaciones y complementar con otras soluciones. En mi caso fue la acupuntura lo que me ayudó mucho a controlarlo, así como llevar una vida lo más sana posible”, dice por su parte María de Jesús Servin.

“Controlar el estado de ánimo también tiene que ver mucho porque yo he notado que, si me enojo o discuto, de inmediato me empiezan los dolores, así que la ayuda psicológica es de gran ayuda”, concluye.

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