Al momento de leer etiquetas, las personas quedan mucho más confundas sobre las propiedades de los productos que compran, por ello es que ahora en Inglaterra, tanto las empresas de alimentos como los supermercados adoptarán el etiquetado de semáforo, que reduce las dudas sobre qué tan saludable es un alimento.
El gobierno británico ya llegó a un acuerdo con los productores y distribuidores de alimentos, y será en 2013 cuando estas etiquetas estén disponibles.
Los colores serán rojo, naranja y verde, y se aplicarán según los contenidos de grasa, sal, azúcar y calorías. Este etiquetado dará una idea más clara a los consumidores la frecuencia con la que se recomienda consumir el producto.
En las mismas etiquetas se incluirá una guía de las cantidades diarias recomendadas de cada ingrediente o alimento y las palabras alta, media o baja, pero el diseño homologado de las etiquetas aún no se ha decidido.
De acuerdo con Anna Soubry, ministra de salud pública, "Reino Unido ya tenía el mayor número de productos con un etiquetado frontal de Europa, pero la investigación ha demostrado que la gran variedad de etiquetas que se usan resultan confusas para los consumidores".
"Teniendo un sistema consistente se podrá comprobar de un vistazo qué hay en nuestros alimentos. Eso nos ayudará a elegir opciones más saludables y a controlar nuestra ingesta de calorías", añadió.
Otra de las ventajas que este etiquetado aportará a los consumidores es que no necesitarán hacer cálculos ni usar la estadística para conocer que tan saludable o dañino es un producto, según indicó Charlie Powell, dirigente de un movimiento para mejorar la alimentación infantil. (El mundo)