La medicina del futuro es la individual, la que se aplica a través del conocimiento del genoma humano de cada persona, que cambiará la forma en que se practica la medicina, señaló la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Leticia Mendoza Martínez.
Lo importante, señaló la especialista, es que ya se podrá predecir, desde el embrión, las enfermedades a las que está predispuesto un recién nacido, la medicina actual trabaja primero en el diagnóstico, seguido del tratamiento; la opción que da el conocimiento del genoma es que podrá predecir y prevenir.
Mendoza Martínez dictó la conferencia "Proyecto Genoma Humano y Genómica en México: Aspectos Organizacionales, Políticos y Sociales", en la charla señaló que el impacto de las investigaciones genómicas no es sólo de orden científico, sino también social, jurídico e incluso político.
A través de un comunicado distribuido por la UAM, la investigadora explicó que es necesario legalizar sobre la materia, monitorear el interés que despiertan estos estudios en los órganos legislativos federales y estatales y medir su repercusión en la opinión pública.
El primer gran proyecto sobre el genoma humano se inició en 1990 en Estados Unidos, un esfuerzo internacional, en el que se invirtieron de inicio tres billones de dólares, el objetivo de la investigación era comprender la organización de los genes en los cromosomas y a su vez la de éstos al interior del genoma, lo cual permitiría explicar los procesos de formación de un organismo y sus funciones o el desarrollo de una enfermedad.
México se colocó a la vanguardia de la medicina genómica en América Latina, en menos de cinco años. Esto ha sido posible gracias a la voluntad política, la formación de recursos humanos, la vinculación de la investigación con el Sistema Nacional de Salud y los avances tecnológicos. Su principal testimonio es la creación del Instituto Nacional de Medicina Genómica, dijo la investigadora.