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El tabaco también afecta a los ojos

Fumar aumenta el riesgo de padecer cataratas y degeneración macular

Escrito en FAMILIA el
Al pensar en los daños del tabaco ¿qué viene a tu mente?, ¿deterioro de los pulmones, de la garganta o del corazón? Si bien estos son los problemas más frecuentes, hay otro que generalmente no se toma en cuenta: el daño a los ojos

La optometrista Liliana Pérez Peralta, explica que los ojos son de los principales órganos afectados por la adicción al tabaco, ya sea por exposición directa o por el humo de segunda mano.

“Casi siempre se habla de la repercusión que tiene el tabaquismo en los órganos más importantes porque son los que influyen directamente en la mortalidad; sin embargo, a nivel ocular también hay repercusiones”, indica.

Explica que hay muchos padecimientos que se pueden presentar en los ojos, pero hay dos que son los más delicados porque pueden conducir a la ceguera: la catarata y la degeneración macular asociada a la edad.

“Ambas están directamente relacionadas a un proceso de envejecimiento que suele ser normal, pero se pueden presentar antes con el tabaco”, resalta.

Degeneración macular y cataratas


Pérez Peralta indica que la degeneración macular es un trastorno que destruye lentamente la visión central y aguda, debido a que sufre arterosclerosis, que es cuando las venas de los ojos se vuelven rígidas y sangran, dañando así la visión.

“La edad es la causa más común de su aparición; sin embargo, se ha visto que jóvenes que empiezan a fumar desde edades tempranas, tienen hasta cinco veces mayor probabilidad de desarrollar el problema”, explica.

Sobre las cataratas indica que ocurren cuando el cristalino se va deteriorando hasta que causa la ceguera. Los fumadores también tienen cinco veces mayor riesgo de padecerlas antes de tiempo además de que su evolución de pérdida visual es más rápida.

“En el caso de la catarata, a pesar de ser causante de ceguera, afortunadamente es reversible. Sólo hay que reemplazar el cristalino por un artificial, aunque lo mejor es evitar esta complicación”, dice.

Las señales de alerta


La especialista indica que en ambos casos, la persona comenzara a sufrir una pérdida visual que puede terminar en la pérdida total si no se deja el tabaco ni se atiende oportunamente.

“Lo más importante es la prevención. Si ya eres fumador, deja el cigarro. También habla con tus amigos e hijos adolescentes sobre los riesgos de fumar. Si bien es cierto que dejando el tabaco se reducen los riesgos, nunca es igual a una persona que jamás ha fumado”, indica.

Asimismo, el tabaco tiene una relación con el ojo seco, que tiene como síntomas los siguientes:

  • Lagrimeo

  • Ardor

  • Ojo rojo

  • Sensación de sequedad


¡Cuidado con la exposición al humo!


Si bien la persona que fuma sufre daños en su visión, las personas de su entorno también pueden padecer complicaciones.

“Las personas alrededor son fumadores pasivos que de algún modo están inhalando todas las sustancias del cigarro que llegan al torrente sanguíneo, dañando las estructuras importantes de los ojos. Aunque sea en menor medida, también sufren daños”, dice.

En el caso de la generación macular, indica que los síntomas en personas que no han fumado, pero que han estado expuestos al humo, pueden presentarse a partir de los 60 años.

“Afortunadamente en la mayoría de los casos es un tipo de degeneración macular que no pone en riesgo la visión, por lo que se puede tratar con inyecciones dentro del ojo o con aplicación de láser para cauterizar las zonas dañadas”, menciona

¡A visitar al oftalmólogo!


Para prevenir estas complicaciones, lo mejor es acudir cada año con el optometrista para que detectar cambios tempranos y así evitar la pérdida de visión a largo plazo.

"Se piense o no que se tienen factores de riesgo, muchas veces hay condiciones genéticas que tenemos para desarrollar cataratas, degeneración macular u otras enfermedades como retinopatía diabética o glaucoma, pero esta revisión anual puede ayudarnos a detectarlo", concluye