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El doctor que implementó el lavado de manos en la medicina

En algún momento se consideró clausurar las salas de hospital y realizar intervenciones médicas a domicilio debido a la elevada tasa de mortalidad

Escrito en ESPECIALIDADES el

Joseph Lister revolucionó el mundo de las cirugías al implementar el lavado de manos, así como de materiales para practicar operaciones, pues esta práctica era desconocida para los médicos de 1840.

Durante el siglo XIX, no existía mayor ofensa en el mundo de la medicina, que intentar convencer a un médico de que se lavara las manos, pues esto daba a entender que siempre las tenía sucias y de acuerdo con el pensamiento de la época: "los médicos son caballeros y las manos de un caballero siempre están limpias".

El doctor que implementó el lavado de manos 

Por su parte el médico de Hungría Ignaz Semmelweis, había forjado ya el primer intento por mantener limpias las manos del personal de la salud en el año de 1847, esto con la finalidad de disminuir la tasa de mortalidad en las salas de partos.

Logró instaurar esta técnica instalando pilas llenas de una solución hecha a partir de cal clorada en cada una de las salas de maternidad del Hospital General de Viena. Esta acción logró salvar muchas vidas con la simple indicación de: “lavarse las manos”.

Tristemente esta técnica no logró ir más allá de los médicos obstetras, pues los miembros del resto de especialidades seguían considerando innecesario adoptar este hábito.

Muertes no solo de pacientes

Durante el mes de abril de ese mismo año, John Phillips Potter, quien era un demostrador de anatomía en el University College Hospital de Londres, tuvo un accidente que le provocó una herida en uno de sus nudillos a la hora de diseccionar un cuerpo en descomposición.

Esta herida, aunque pequeña, se infectó gravemente llevando a la muerte por septicemia al joven John. La septicemia es la presencia de bacterias en la sangre derivada de infecciones graves de acuerdo con Medline plus.

Muchas personas que se dedicaron a la disección, murieron por la falta de higiene al momento de desarrollar sus trabajos, pues la revista The Lancet, mencionó que se podía salvar a cualquier otro trabajador de sus accidentes laborales, pero no a los prosectores, de esta forma se ganaron el título de mártires de la ciencia.

Uno de los asistentes al sepelio de John Phillips, era Joseph Lister quien fuera su alumno.

Lister fue hijo de Joseph Jackson Lister, constructor del microscopio compuesto que pudo eliminar las aberraciones cromáticas que presentaban las versiones antiguas de esta herramienta, de acuerdo con el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM.

Debido a este parentesco, Joseph creció sabiendo sobre la existencia de microorganismos, estos pequeños seres fuerón responsables de la muerte de su mentor, así como de muchas otras víctimas alrededor del mundo.  

Más seguro en casa que en el hospital

Las infecciones de las heridas que presentaban los pacientes dentro de un hospital eran contagiadas simultáneamente de cama a cama, la certeza de que si un paciente sobreviviría a alguna intervención era casi nula, llegando a representar una tasa de mortalidad o amputación de miembros del 40%, incrementándose de hecho al 60% en los hospitales de Francia.

Foto:Pexels

En algún momento se consideró clausurar las salas de hospital y que se practicarán las intervenciones directamente al domicilio del paciente para poder disminuir la tasa de mortalidad. Pues en algún punto esta se hizo tan común que se bautizó con el nombre de fiebre de sala.

Frente a los microbios

Lister logró graduarse como médico, la cirugía fue una de sus más grandes pasiones así que decidió viajar a Escocia para poder poner en práctica sus conocimientos y aunque esto le encantaba, sufría al saber que sus pacientes morían a causa de infecciones postoperatorias.

Un día, al charlar con el profesor Thomas Anderson, se enteró que Louis Pasteur, había podido demostrar que algunos líquidos susceptibles a la fermentación o putrefacción podían mantenerse en buen estado si se evitaba que tuvieran contacto con el aire.

De igual forma, Pasteur descubrió que la descomposición o fermentación de los líquidos era resultado del contacto con bacterias que se transportaban por el aire.

Creación de la desinfección del quirófano

Una tarde de 1865, llegó hasta el consultorio de Lister un niño que había sido atropellado por un carruaje, este pequeño presentaba una fractura abierta, la cual consiste en ser una fractura que asoma al hueso por la piel, de acuerdo con Stanford Children ''s Health.

Foto:Pexels

Frente a esta situación, al médico se le ocurrió aplicar sobre la ropa del personal en el material para la operación, en la herida y principalmente en las manos una solución de ácido carbólico al 5% la cual tendría la función de agente antiséptico.

Del mismo modo al terminar la operación, colocó una venda empapada en el químico en la zona afectada y ordenó cambiar ésta diariamente.

Este experimento resultó exitoso, pues al paso de los días la pierna fue sanando, para posteriormente poder ser dada de alta.

Esta técnica se replicó 11 veces, de las cuales 9 salieron adelante de manera positiva llevando a Lister a hacer público este descubrimiento, invitando a sus colegas a replicarlo, haciéndolos perder el miedo a realizar este tipo de procedimientos.

De primera instancia, muchos miembros de la comunidad se mantuvieron escépticos de este suceso, principalmente en Estados Unidos e Inglaterra, pero pronto se volvió una medida indispensable en cada hospital.

Para inicios de 1900, los quirófanos ya demandaban esta medida sanitaria en cada intervención, incrementando así los resultados exitosos para los pacientes.

El doctor Joseph Lister, brindó muchos otros avances al mundo de la medicina, como el hecho de poder realizar el primer aislamiento de bacterias en cultivo como lo menciona la BBC. Sin embargo, siempre será recordado por cambiar el modo en el que se realizaban las cirugías.

Joseph Lister Foto:BBC

(Con información de BBC News, CCH UNAM, Medlineplus y Stanford Children ''s Health).