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Crustáceos dan material para microagujas

Al ser un elemento de baja toxicidad y antibacterial, el quitosán es propicio para el desarrollo de agujas que no lastimen los nervios de la piel.

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El caparazón de los crustáceos como el camarón podría aportar un nuevo material para la fabricación de microagujas, de acuerdo con el trabajo de investigación de Marco Antonio Espinosa Olivares, de la maestría en Ciencias Químicas de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán.

El trabajo de Espinosa Olivares, denominado “Microagujas de quitosán para aplicación transdérmica”, propone el uso de un material proveniente de la coraza de dichos animales marinos, llamado quitosán, el cual tiene propiedades antibacterianas, mucoadhesivas y baja toxicidad.

Las microagujas (largas y delgadas) desarrolladas de esta manera serían utilizadas para la inyección de fármacos que penetren al torrente sanguíneo a través de la piel sin causar dolor o molestia a los pacientes.

La longitud de las agujas es de aproximadamente 500 micrometros (unidad del orden de centésimas o de milésimas de milímetro), y esto le permite alcanzar el estrato córneo y su delgadez no alcanza a lastimar o tener contacto con los nervios de la piel.

Premiado

Por esta investigación, el recién egresado de la maestría en Ciencias Químicas de la Facultad de Estudios Superiores recibió el premio Jóvenes Inventores e Innovadores del Estado de México 2012 de parte del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (COMECYT).

Sobre el galardón recibido, Espinosa Olivares señaló que “es resultado de un trabajo en equipo entre las autoridades de la FES Cuautitlán, académicos, y jóvenes universitarios que retribuyen con proyectos sustentables a la sociedad”.

Las razones por las que le otorgaron el premio a Espinosa Olivares es que su trabajo no sólo denota innovación, al no conocerse la existencia de microagujas de quitosán, y también porque se trata de un material biodegradable, potencialmente comercial. (Fuente: UNAM)