Existe el riesgo de que la crisis financiera registrada en Estados Unidos y ahora en la Unión Europea, frene parcialmente la investigación para la creación de nuevos medicamentos que ayuden a combatir enfermedades crónicas que amenazan al mundo, como la diabetes, obesidad y padecimientos cardiovasculares; ante ello, es necesario que en países como México se redoblen los esfuerzos para que desde las escuelas se impulse la prevención.
Así lo sostuvo el doctor Andrea Barner, miembro del Consejo de la Asociación Alemana de Compañías de Investigación Farmacéutica, al tiempo de destacar que los laboratorios tienen la responsabilidad de superar las difíciles condiciones económicas para mantener la inversión, sobretodo en el área de prevención a través de los bio-fármacos.
En conferencia de prensa, el especialista apuntó que la prevención tendrá sus resultados “a largo plazo”, en tanto, la carga en el incremento de las enfermedades crónico degenerativa se mantendrá sobre la población, en especial por su alto costo y extensa etapa de tratamiento.
Sin embargo, insistió, la prevención es la clave para poder “ganar la carrera” a dichos padecimientos por lo que gobiernos, en especial los de países emergentes como México, están obligados a impulsar una mayor cultura de la prevención, en especial entre la población de mayor pobreza.
Puso de ejemplo a su país de origen: “En Alemania, el costo más importante y de mayor carga es en la población con menor educación, por tanto uno de los aspectos más importantes es una mayor y mejor inversión en la educación, y es en las escuelas donde se puede impulsar mejor la prevención.
El también presidente del Comité Ejecutivo del Boehringer Ingelheim, destacó que la industria farmacéutica tiene también responsabilidad de promover una educación mayor a favor de la prevención y entrenamiento, por lo que a la par de mantener la producción de fármacos que ayuden a combatir las enfermedades cronicodegenerativas, también debe impulsar aquellos medicamentos que ayudan a la prevención de padecimientos como los ataques cardiacos, entre otros.
En cuanto a lo referente a medicamentos similares, reconoció que los laboratorios habrán también de esforzarse, sobre todo para la aceptación en cuanto a los tratamientos a través de los medicamentos similares, tanto en tratamientos como en prevención: “los pacientes son diferentes a hace 15 ó 20 años, se necesita la reorientación de la industria farmacéutica. Las cosas no serán fáciles, pero si no lo fueran no representarían un reto”, concluyó.