El coronavirus pone en peligro los progresos futuros en la eliminación de la hepatitis B, afirma la Organización Mundial de Salud (OMS). Y es que si bien sus estimaciones señalan que la proporción de menores de cinco años con hepatitis B crónica fue menor a 1% en 2019, las interrupciones en los programas de vacunación debido a covid-19 podrían afectar todo lo que se ha venido realizando hasta ahora.
Covid y hepatitises una mala combinación y no solo porque se trate de dos enfermedades, sino porque la detención de los avances en materia de salud relacionados a tratar hepatitis B deja desprotegida a mucha gente.
La combinación de ambas es un problema y aquí te explicamos por qué.
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Covid y hepatitis: cuando la pandemia detiene los avances:
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos señala que la hepatitis es una inflamación del hígado y que la hepatitis B se contagia por contacto con sangre, semen u otro líquido de una persona infectada.
“La persona infectada con hepatitis B puede sentirse como si tuviera gripe. También puede tener ictericia, una coloración amarillenta de la piel y los ojos, orina de color oscuro y deposiciones pálidas. Una mujer infectada puede contagiarle hepatitis B a su bebé durante el parto. Algunas personas no presentan síntomas”, menciona esta organización.
De acuerdo con la OMS, se estima que en 2015 la hepatitis B causó aproximadamente 887 mil fallecimientos, principalmente por cirrosis o cáncer primario del hígado (carcinoma hepatocelular).
“Hay cinco cepas principales del virus de la hepatitis: A, B,C, D y E. Las hepatitis B y C juntas son la principal causa de mortalidad por esta enfermedad, ya que provocan 1.3 millones de muertes cada año”, informa dicha organización
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Covid y hepatitis: el retraso ocasionado por la pandemia y sus consecuencias
Es precisamente la OMS la que explica que en el peor de los casos, con los altos niveles de interrupción tanto en la dosis administrada a los neonatos como de la vacunación infantil contra hepatitis B, el retraso y la recuperación lenta de la expansión del programa de vacunación hacia lo que se había previsto para 2030, puede haber una infección masiva:
“Se proyecta que se registrarán 5.3 millones de nuevas infecciones crónicas por el virus de la hepatitis B en los niños nacidos entre 2020 y 2030 y 1 millón de muertes más debidas al virus entre esos niños posteriormente”, concluye la OMS