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Covid-19 en las cárceles: cuando las condiciones de vida no ayudan

Confinamiento cercano, acceso limitado a equipos de protección y la elevada carga de afecciones cardíacas y respiratorias aumentan el riesgo de coronavirus

Escrito en ESPECIALIDADES el

Deficiencias en los servicios de salud como la carencia de personal médico y medicamentos especializados, alta densidad poblacional de los establecimientos, sobrepoblación y hacinamiento son algunas de las situaciones que viven las personas que se encuentran en las prisiones, por lo que se pueden llegar a presentar casos de covid-19 en cárceles de forma preocupante.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona que tanto las personas privadas de su libertad, como la que se encuentran en cárceles y otros lugares de detención, son más vulnerables al brote del nuevo coronavirus.

“Viven en entornos de cercanía y, por lo tanto, pueden actuar como fuente de infección, amplificación y propagación de enfermedades infecciosas dentro y fuera de las cárceles”, indica la OMS.

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Casos de covid-19 en cárceles: cuando las condiciones de vida no ayudan

Un nuevo análisis en las cárceles de Estados Unidos reveló que el número de casos de covid-19 en las prisiones y el número de muertes ajustadas son mayores en los reos que en la población general.

Dicha investigación, publicada en JAMA, señala que covid-19 representa un desafío para las cárceles debido al confinamiento cercano, el acceso limitado a equipos de protección personal y la elevada carga de afecciones cardíacas y respiratorias que aumentan el riesgo de coronavirus entre los presos.

“La tasa de casos de covid-19 para los prisioneros fue 5.5 veces mayor que la tasa de casos de la población de los Estados Unidos: 587 por 100 000. La tasa de mortalidad bruta de en las cárceles fue de 39 muertes por cada 100 000 prisioneros, que es más alta que la tasa de población de EUA: 29 muertes por cada 100 000”, mencionan los autores.

México no se queda atrás. El pasado 18 de abril, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió pronunciamiento para la adopción de medidas emergentes complementarias en favor de las personas privadas de la libertad en la República Mexicana, frente a la pandemia por covid-19.

Dicha comisión señala las deficiencias en la infraestructura en el sistema de salud que enfrentan, la carencia de personal médico y medicamentos especializados, la alta densidad poblacional de los establecimientos, la sobrepoblación y el hacinamiento en el que conviven las personas que habitan las cárceles mexicanas. 

“Al conjuntarse esas deficiencias con factores de riesgo como la ausencia de limpieza, agua potable, materiales desinfectantes, déficit de espacios humanamente habitables y de instalaciones sanitarias suficientes y adecuadas, convierten a la población penitenciaria mayormente susceptible de contagio y propagación de ese virus”, detalla la CNDH.

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¿Qué se puede hacer para evitar casos de covid-19 en cárceles?

La Iniciativa de Política Penitenciaria señala que la amplia variación en las tasas de infecciones y muertes reportadas en las prisiones estatales refleja la propagación desigual del virus y las respuestas dispares de los sistemas estatales de justicia penal.

Sus hallazgos, explican, muestran tres posibles y preocupantes conclusiones:

1) Existe la posibilidad de que algunos estados no realicen las pruebas correctamente o que no informen con precisión la cantidad de infecciones y fallecimientos.

2) Las personas encarceladas que se encuentran en diferentes estados pueden enfrentar probabilidades muy diferentes de infección y muerte por el nuevo coronavirus, dependiendo de cómo responda su estado a la crisis de covid-19.

3) El virus ha tardado en llegar a las instalaciones de unos estados, por lo que si no se tienen medidas de prevención, se deberá redoblar esfuerzos para que estén listas para cuando llegue covid-19.

“El distanciamiento social es aún más difícil tras las rejas que en hogares de ancianos o en cruceros”, explica este sitio.

El derecho a la salud en cárceles mexicanas

La CNDH explica que las personas en cárceles también tienen derecho a la salud, por lo que hay que reforzar todas las acciones necesarias preventivas, urgentes e inmediatas, con perspectiva de género, enfoque especial y diferenciado a todas las personas privadas de la libertad para garantizar prioritariamente “el derecho a la salud, a la integridad personal, a una vida digna, al suministro de agua suficiente, salubre y aceptable para su consumo e higiene personal, al saneamiento, y a recibir artículos de aseo diarios y de desinfección en los Centros Penitenciarios de la República Mexicana”, con la finalidad de prevenir casos de covid-19 en cárceles.

“La salud de las personas en prisión es parte de la salud pública, por lo que nadie se queda atrás”, resalta la OMS