Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Georgetown, demostró que los niños que sufren un accidente cerebrovascular mientras son bebés, se adaptan para usar una parte distinta de su cerebro para el lenguaje.
Uno de los expertos participantes del estudio, afirma que esto se debe a que nuestro cerebro tiene una gran capacidad para reparar lo que se daña durante un accidente cerebrovascular.
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Se estima que uno de cada 4,000 bebés, sufren un pequeño accidente cerebrovascular antes, durante o después del parto.
La investigación, presentada durante la conferencia anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS) en Austin, Texas, analizó a 12 personas de entre 12 y 25 años, que sobrevivieron a accidentes cerebrovasculares cuando eran bebés.
¿Cómo supieron que habían sobrevivido a un derrame cerebral? Todos tenían algunos indicadores similares, como el uso de la mano izquierda en lugar de la derecha para escribir y buenas habilidades de lenguaje. En algunos casos había debilidad en una pierna.
Sin embargo, los investigadores descubrieron que como sus cerebros se estaban desarrollando cuando ocurrió el accidente cerebrovascular, fueron capaces de adaptarse.
Elisa Newport, profesora de neurología y directora del Centro para la Plasticidad y Recuperación Cerebral de la Universidad Georgetown, fue la líder de la investigación y afirma que como el cerebro es muy elástico al nacer, es posible recolocar el área del lenguaje dañada en un área sana.
Pero ello no significa que otras áreas encargadas de otras habilidades como escribir o caminar puedan recolocarse.
Esa es la razón por la que los casos de sobrevivientes que estudiaron, podían hablar a la perfección, pero tuvieron que readaptar su habilidad de escribir y caminar.
“Creemos que existen restricciones muy importantes para que las funciones se puedan reubicar. Hay regiones muy específicas que se hacen cargo cuando parte del cerebro se lesiona, dependiendo de la función particular”, explica Newport.
Y agrega que “cada función, como el lenguaje o las habilidades espaciales, tienen una región particular que puede hacerse cargo si se daña su área cerebral principal. Este es un descubrimiento muy importante que puede tener implicaciones en la rehabilitación de adultos sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares”.
De acuerdo a los expertos, un accidente cerebrovascular ocurre en un bebé cuando el suministro de sangre se interrumpe en una parte del cerebro.
Se calcula que tan solo en Reino Unido, ocurren 400 accidentes cerebrovasculares en niños y bebés menores de un año.
Este tipo de complicaciones son frecuentes en el parto, ya que el cerebro de un bebé se somete a un gran estrés y ocurre el cambio en la circulación sanguínea de la madre al bebé.
También puede ocurrir en el embarazo y hasta 28 días después del parto, lo que se conoce como accidente cerebrovascular isquémico pre y perinatal. Son causados principalmente por coágulos que se desprenden de la placenta y se alojan en el cerebro del bebé.
Generalmente, cuando ocurren en las primeras semanas de vida, no se detectan con facilidad. Cuando el bebé crece y se vuelve un niño, puede presentar problemas para desarrollarse o una debilidad de un lado del cuerpo.
En los niños recién nacidos no hay síntomas, pero en los bebés de hasta 28 días de nacido, pueden presentarse convulsiones.
Dominic Brand, especialista de la Asociación de Accidentes Cerebrovasculares, concluye que aunque este estudio es muy pequeño, ha dado a conocer que el cerebro es capaz de regenerarse y que ello ayudará a que los pacientes de accidentes cerebrovasculares caminen, hablen y vivan de forma independiente.
¿Qué opinas?
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(Con información de BBC)
Uno de los expertos participantes del estudio, afirma que esto se debe a que nuestro cerebro tiene una gran capacidad para reparar lo que se daña durante un accidente cerebrovascular.
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Cerebro se adapta tras accidente cerebrovascular
Se estima que uno de cada 4,000 bebés, sufren un pequeño accidente cerebrovascular antes, durante o después del parto.
La investigación, presentada durante la conferencia anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS) en Austin, Texas, analizó a 12 personas de entre 12 y 25 años, que sobrevivieron a accidentes cerebrovasculares cuando eran bebés.
¿Cómo supieron que habían sobrevivido a un derrame cerebral? Todos tenían algunos indicadores similares, como el uso de la mano izquierda en lugar de la derecha para escribir y buenas habilidades de lenguaje. En algunos casos había debilidad en una pierna.
Sin embargo, los investigadores descubrieron que como sus cerebros se estaban desarrollando cuando ocurrió el accidente cerebrovascular, fueron capaces de adaptarse.
Elisa Newport, profesora de neurología y directora del Centro para la Plasticidad y Recuperación Cerebral de la Universidad Georgetown, fue la líder de la investigación y afirma que como el cerebro es muy elástico al nacer, es posible recolocar el área del lenguaje dañada en un área sana.
Pero ello no significa que otras áreas encargadas de otras habilidades como escribir o caminar puedan recolocarse.
Esa es la razón por la que los casos de sobrevivientes que estudiaron, podían hablar a la perfección, pero tuvieron que readaptar su habilidad de escribir y caminar.
“Creemos que existen restricciones muy importantes para que las funciones se puedan reubicar. Hay regiones muy específicas que se hacen cargo cuando parte del cerebro se lesiona, dependiendo de la función particular”, explica Newport.
Y agrega que “cada función, como el lenguaje o las habilidades espaciales, tienen una región particular que puede hacerse cargo si se daña su área cerebral principal. Este es un descubrimiento muy importante que puede tener implicaciones en la rehabilitación de adultos sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares”.
Accidente cerebrovascular en bebés
De acuerdo a los expertos, un accidente cerebrovascular ocurre en un bebé cuando el suministro de sangre se interrumpe en una parte del cerebro.
Se calcula que tan solo en Reino Unido, ocurren 400 accidentes cerebrovasculares en niños y bebés menores de un año.
Este tipo de complicaciones son frecuentes en el parto, ya que el cerebro de un bebé se somete a un gran estrés y ocurre el cambio en la circulación sanguínea de la madre al bebé.
También puede ocurrir en el embarazo y hasta 28 días después del parto, lo que se conoce como accidente cerebrovascular isquémico pre y perinatal. Son causados principalmente por coágulos que se desprenden de la placenta y se alojan en el cerebro del bebé.
¿Cómo reconocerlos?
Generalmente, cuando ocurren en las primeras semanas de vida, no se detectan con facilidad. Cuando el bebé crece y se vuelve un niño, puede presentar problemas para desarrollarse o una debilidad de un lado del cuerpo.
En los niños recién nacidos no hay síntomas, pero en los bebés de hasta 28 días de nacido, pueden presentarse convulsiones.
Dominic Brand, especialista de la Asociación de Accidentes Cerebrovasculares, concluye que aunque este estudio es muy pequeño, ha dado a conocer que el cerebro es capaz de regenerarse y que ello ayudará a que los pacientes de accidentes cerebrovasculares caminen, hablen y vivan de forma independiente.
¿Qué opinas?
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(Con información de BBC)