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¿Cómo puede afectar la “nueva normalidad” a los niños con autismo?

Debido a que son hipersensibles a ciertos estímulos, las personas con autismo pueden negarse a usar cubrebocas

Escrito en ESPECIALIDADES el

La llegada de la pandemia por coronavirus ha provocado que millones de personas adopten acciones de higiene y prevención para evitar el contagio de la covid-19, las cuales permanecerán entre la sociedad una vez que llegue la “nueva normalidad”.

Algunas naciones han comenzado a reabrir sus actividades laborales y educativas paulatinamente, siguiendo medidas de prevención estrictas como el uso de cubrebocas, el distanciamiento físico y el constante lavado de manos.

Sin embargo, la adopción de este tipo de acciones preventivas resulta especialmente difícil para ciertos grupos en la población, como las personas con autismo, pues debido a la naturaleza de su padecimiento, pueden llegar a tener conflicto con el seguimiento de dichas medidas preventivas.

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¿Cómo afectan las medidas de prevención a las personas con autismo?

Al respecto Gerardo Gaya, presidente de la organización Iluminemos de Azul por el Autismo, en entrevista para Yo También, indicó que entre las medidas de prevención de la covid-19 más conflictivas para las personas con autismo es el uso de cubrebocas.

Las personas con autismo suelen ser hipersensibles a ciertos estímulos ambientales, de manera que el cubrebocas puede resultar muy invasivo para ellos, por lo que es probable que se nieguen o no entienda el por qué de la necesidad de usar el tapabocas, lo que podría comprometer su salud o la de las personas con quien interactúen.

Al respecto, Gaya menciona que en las personas con autismo debe haber un proceso de adaptación al uso de cubrebocas, sobre todo para prepararlos cuando el aislamiento social termine. Para esta adaptación se recomienda la exposición pausada a la mascarilla facial, empezando de 5 a 10 minutos hasta lograr su permanencia prolongada.

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¿Cómo volver a la rutina tras la pandemia?

De acuerdo con el presidente de Iluminemos de Azul, los pacientes con autismo suelen ser sensibles a los cambios, por lo que la cuarentena y el distanciamiento social pudo haber afectado su vida aún más de lo que afectó a las personas sin dicha enfermedad, por lo que el periodo de adaptación a la nueva normalidad puede ser aún más largo.

Gerardo Gaya menciona que los niños con autismo ya vivieron un periodo de desadaptación a su rutina cotidiana, derivado del confinamiento, por lo que volver a asistir a la escuela o a sus actividades comunes puede representar un nuevo conflicto para ellos, de manera que sus padres deben estar conscientes de la necesidad de los menores de readaptarse a su nueva normalidad.

Además, menciona que es muy pronto para determinar cómo será la nueva normalidad en las escuelas de los niños con autismo, así que debe haber una acción integral entre maestros, padres de familia y asesores para que los menores puedan adaptarse a las reglas tras el confinamiento.

Una “nueva normalidad” para los pacientes con autismo

Gaya menciona que durante el confinamiento pudo haber un retroceso en la forma de relacionarse de los niños con autismo, pues derivado del distanciamiento social, puede que hayan pasado más de dos meses sin intervención terapéutica, la cual en algunos casos es esencialmente presencial.

Debido a ello, la nueva normalidad puede representar un reto abismal para los niños con autismo y sus familias, pues es volver a iniciar un proceso de adaptación a un contexto que la covid-19 derrumbó y modificó.

“El hecho de estar dos meses y medio sin intervención terapéutica, va a representar un reto mayúsculo para toda una comunidad, en donde volver a la normalidad y encima con cubrebocas va a costar un reto tremendo”.