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Colon irritado no es grave, pero no tiene cura

Se trata de un trastorno benigno y frecuente que disminuye la calidad de vida de los pacientes.

Escrito en ESPECIALIDADES el

Aunque el síndrome del intestino irritable o colon irritable es un trastorno benigno y frecuente, disminuye la calidad de vida de los pacientes, además de que tiene un elevado costo económico debido a las bajas laborales que ocasiona y el gran número de exploraciones clínicas complementarias que puede llegar a requerir.

Aún se desconocen las causas de este síndrome, aunque existen muchas teorías al respecto, como la alteración de la sensibilidad y la motilidad intestinal en relación a situaciones estresantes o tras infecciones del tubo digestivo, explicó el doctor Francisco Gallardo Sánchez, especialista de la Fundación Española del Aparato Digestivo. 
 
El dolor abdominal continuo o intermitente que se alivia con las deposiciones o la emisión de gases y alteración del hábito intestinal o en su consistencia, son los síntomas más frecuentes. Aunque también pueden aparecer signos como emisión de mocos en las heces o hinchazón abdominal.
 
Este trastorno representa aproximadamente 3 por ciento de las consultas atendidas en Atención Primaria y alcanza hasta el 25 por ciento del total en Atención Especializada.
 
También existe una base psicológica-emocional en estas alteraciones intestinales, ya que muchos pacientes refieren el agravamiento de los síntomas con el estrés; aunque algunos alimentos también pueden agravar el síndrome, por lo que se cree que la dieta podría tener un papel importante en el trastorno.
 
Otro de los factores es la genética, si existe algún miembro de la familia con el síndrome aumenta el riesgo de padecer este mal.
 
Los síntomas son crónicos y reincidentes, con los dolores se calman con fármacos y el paciente puede hacer vida normal, pues no existe tratamiento curativo ya que se desconocen las causas que originan el síndrome, indicó el doctor.
 
El diagnóstico es clínico y se realiza tras escuchar los síntomas que presenta el paciente y si se cumplen los criterios de “Roma III” consensuados a nivel internacional por los especialistas dado que no existe prueba diagnóstica en la que se detecten alteraciones que corroboren el síndrome.
 
Los criterios de Roma III son el dolor o molestia abdominal recurrente durante al menos 3 días en los últimos 3 meses (las molestias comienzan al menos 6 meses antes del diagnóstico) y relaciona a dos o más de los siguientes síntomas: dolor abdominal que mejora con la defecación; un cambio en la frecuencia y consistencia de las deposiciones.
 
El experto indicó que se trata proceso benigno que no va a degenerar en cáncer y que el tratamiento sólo aliviará  dolores espasmolíticos, antidiarreicos como la loperamida o en el caso de estreñimiento un aumento en el consumo de fibra, agua, ejercicio físico y si es necesario laxantes (Con información de Infosalus).