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Células madre, ¿qué son? y ¿para qué sirven?

Expertos explicaron a SUMEDICO que estas unidades se hallan en diversas etapas en seres humanos y pueden usarse como tratamientos médicos.

Escrito en ESPECIALIDADES el
Las células se diferencian en tres tipos, y pueden usarse para realizar diferentes tipos de regeneración y en algunos casos son mejor aceptadas por el cuerpo.
 
Las conocemos coloquialmente como células madre, pero su nombre técnico son células troncales y se ha descubierto que son células inmaduras, es decir, sin una función definida, con una alta capacidad de autorreplicación, y que pueden programarse para realicen la función que se desea.
 
En entrevista con SUMEDICO,  José Antonio Arroyo Pérez,  Director Técnico y de Investigación del Centro Nacional de Transfusión Sanguínea, señaló que estas células tienen la capacidad de convertirse en células maduras de tejidos específicos y que se diferencian según su clasificación:
 
Totipotenciales: aquellas con capacidad ilimitada de diferenciación como las células embrionarias que contribuyen a la formación de todos los tipos celulares de un organismo, es decir pueden generar cualquier tipo de tejido. 
 
Pruripotenciales: tienen capacidad de diferenciarse a todos los tipos celulares de las tres capas germinales del embrión, es decir necesitan una implantación específica para desarrollar diferentes tipos de tejido. 
 
Multipotenciales: con capacidad limitada de diferenciación hacia tipos celulares de un tejido u órgano específico, solo pueden generar un tipo de tejido específico. 
 
El experto señaló que las células con capacidad de diferenciación pluripotencial obtenidas de personas adultas ofrecen una amplia gama de aplicaciones médicas para uso del mismo individuo de quien  obtienen, y en algunos casos también benefician a un tercero.
 
“Sin duda alguna,  el tipo de células progenitoras hematopoyéticas de la médula ósea han sido las más estudiadas y fueron las primeras células multipotenciales derivadas de adultos en ser utilizadas con éxito en la terapia clínica”, refirió. 
 
Arroyo especificó que las células troncales pueden obtenerse tanto de personas adultas como de niños o de embriones y los canales para obtenerlas son:
  • Sangre
  • Pulpa dental
  • Tejido graso
  • Placenta
  • Sangre de cordón umbilical
  • Hígado 
  • Cerebro
Por su parte, la doctora Mayana Zatz, investigadora de la UNAM señala que estas unidades biológicas pueden emplearse para realizar terapias para diversas enfermedades, aunque no habla de una curación como tal, “algunos se centran en tomar solo la sangre del cordón umbilical y desechar el tejido, pero este debe conservarse, porque hay muchas más unidades ahí, que en la misma sangre”.
 
La experta señaló que estas células además pueden tomarse de la pulpa dentaria de los dientes de leche y de las trompas de Falopio. Para la investigadora, hay hallazgos que abren la hipótesis para tratar diversos tipos de cáncer, diabetes, miopía y males cardiacos.
 
El doctor Andrés Castell, Jefe del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina de la UNAM explicó que la célula madre es aquella que tiene la capacidad de reproducirse de manera indefinida y dar otros tipos celulares. 
 
Esto significa que su trabajo regular y “para el que están diseñadas”, es renovar y regenerar las partes del organismo en el que se encuentran, pero al implantarlas en otros tejidos también pueden tener la capacidad de regenerar los órganos en donde son colocadas.
 
Para el investigador, las más fáciles de extraer son las de cordón umbilical y las de médula ósea, aunque tienen diferente capacidad.
“Las de médula ósea se diferencian de las de cordón umbilical por su capacidad de ser aceptadas o rechazadas por el sistema inmunológico, necesitan mayor compatibilidad; mientras que las de cordón umbilical son aceptadas más fácilmente, por ser más inmaduras”.
 
En cuanto al procedimiento para su extracción señaló que cuando se trata de las células del cordón debe hacerse de manera inmediata luego de extraer al bebé del cuerpo de la madre, y el tejido se coloca en una bolsa estéril y permanecer en una temperatura alrededor de seis grados centígrados.
Una vez que llegan al banco de células, se realiza un procedimiento químico en el que se extraen los leucocitos y pasan a la llamada criopreservación, es decir en un punto de congelación de -190 o -200 grados.
 
Pero su vida no es eterna, “hasta el momento se ha comprobado que no viven más allá de 15 o 20 años, por ello es que los paquetes de bancos privados son de uno a 20 años de preservación”
Para este experto, es importante que las personas que no deseen guardar sus células en un banco privado, las donen para que sean guardadas en un banco público y puedan ser utilizadas por quienes las puedan necesitar y salvar vidas.

El gran hallazgo
Arroyo, también  miembro de la Sociedad Internacional de Transfusión Sanguínea y de la Asociación Americana de Bancos de Sangre, relató que fue posible realizar el descubrimiento gracias al concepto propuesto por Pappenheim en el siglo XIX, “que en la médula ósea existen células madre o  células progenitoras hematopoyéticas, que tienen la capacidad de originar todas las células de la sangre y a la descripción de los antígenos leucocitarios humanos (del inglés; HLA) responsables de la incompatibilidad entre individuos”.
 
Y posteriormente, fue en 1968 que cuando por primera vez se logró realizar con éxito uno de los primeros trasplantes de médula ósea en niños con graves deficiencias en el sistema inmune. 
El científico recordó que para los años 80 los investigadores pudieron movilizar las células progenitoras hematopoyéticas de la médula ósea para su obtención a partir de sangre periférica,  “evitando así la extracción a través de múltiples punciones y bajo anestesia en la médula ósea, procedimiento que seguía siendo muy doloroso, por lo que se cambió el concepto de trasplante de médula ósea al de trasplante de células progenitoras hematopoyéticas”. 
 
QFI. José Antonio Arroyo Pérez
Director Técnico y de Investigación en el Centro Nacional de Transfusión Sanguínea.
Miembro de la Sociedad Internacional de Transfusión Sanguínea y de la Asociación Americana de Bancos de Sangre.
 
Mayana Zatz
Genetista y bióloga brasileña
Investigadora en el Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM

Andrés Castell Rodríguez
Médico Cirujano
Maestro en Ciencias Biomédicas en el área de Ciencias Morfológicas 
 Doctor en Ciencias Biomédicas
Jefe del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina de la UNAM