En agosto de 2024, Zoe Gardner-Lawson de 36 años comenzó a experimentar un dolor persistente en la espalda baja. Tras acudir al médico, le diagnosticaron una infección urinaria y le recetaron antibióticos para tratarla. Sin embargo, el dolor persistió y empeoró con el tiempo. En realidad, lo que Zoe tenía era cáncer intestinal.
Aunque siguió el tratamiento que le recomendaron inicialmente, las molestias no desaparecieron. Zoe volvió a consultar a los médicos y recibió dos dosis adicionales de antibióticos a lo largo de un mes, pero los resultados fueron nulos. "Con la tercera dosis, mi condición ya estaba realmente deteriorada", relató Zoe en una entrevista con The Sun.
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Un tumor en el intestino, la causa real de su dolor
Nadie podía explicar la razón de su dolor constante hasta que, dos meses después, una tomografía computarizada reveló que la causa era mucho más grave de lo que inicialmente se pensaba: un tumor de cinco centímetros en su intestino.
El tumor había provocado una perforación en su intestino, lo que resultó en la acumulación de líquido en el abdomen. Fue entonces cuando Zoe decidió no irse a casa hasta que le realizaran una tomografía computarizada de cuerpo completo. La imagen de los médicos mostró que el cáncer ya se había extendido al hígado, al peritoneo y a los ganglios linfáticos del estómago.
Zoe necesitó una cirugía de emergencia el 3 de octubre para eliminar el tumor y todo el fluido filtrado en su intestino. El procedimiento duró tres horas y, tras la cirugía, una biopsia reveló que el tumor era un blastoma canceroso. Se le informó que necesitaría triplicar la dosis de quimioterapia por ronda para combatir la enfermedad.
¿Qué es un blastoma?
Un blastoma es un tipo de cáncer causado por tumores malignos en las células precursoras, comúnmente llamadas blastos. Cada tipo de blastoma recibe su propio nombre según su ubicación en el cuerpo. Por ejemplo, un nefroblastoma se encuentra en el riñón y un retinoblastoma en el ojo.
Los blastomas son más comunes en los niños. Según Healthline, este tipo de cáncer es raro en adultos, pero su diagnóstico puede ser muy grave, como en el caso de Zoe, que sufrió una afección avanzada antes de ser diagnosticada.
A pesar de la dureza del tratamiento, Zoe ha tolerado bien la quimioterapia, aunque reconoce que ha sido un proceso muy difícil. Actualmente se encuentra en su quinta ronda de ocho y toma tres medicamentos diferentes en cada ciclo.
Zoe cree que si le hubieran ofrecido una prueba inmunoquímica fecal en el pasado, su cáncer podría haberse detectado años antes. Para ella, ahora lo más importante es recuperarse y difundir su caso, para que otras personas comprendan la importancia de comenzar a realizarse exámenes a una edad más temprana.
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