La sociedad desconoce o niega las agresiones entre hermanos calificándolas como una simple y escueta rivalidad es lo que indica la especialista de la Universidad de New Hampshire de los Estados Unidos, Corinna Tucker.
El estudio de Corrina Tucker fue publicado en la revista Pediactrics en donde más de la tercera parte de 3500 niños encuestados aceptaron que han sido víctimas de algún tipo de agresión por parte de sus hermanos. Los incidentes van desde sufrir algún robo, abuso psicológico y ataques físicos de moderados a severos.
En la investigación de Tucker utiliza el término de “agresión de hermanos”, pero cada vez más los psicólogos están colocando una etiqueta ya familiar para lo que está ocurriendo entre hermanos: acoso o bullying.
Por lo tanto el escenario perfecto para desarrollar estas agresiones es entre hermanos pues los niños viven juntos durante un largo tiempo y con frecuencia hay un desequilibrio de fuerza física y mental. Aunque puede no haya un ingrediente de maldad absoluta porque con frecuencia existen los celos.
Tucker explica que la relación entre hermanos es emocionalmente intensa porque es una de esas relaciones en las que al mismo tiempo se puede sentir amor u odio además de que se compite por naturaleza por los recursos de la familia y el cariño y atención de los papás.
Por otro lado la jefa que encabeza el ensayo de Tucker, Robin Kowalski señala que desde la perspectiva de una persona joven y desde la del padre se espera que los hermanos peleen entre ellos. Pero una cosa es el desacuerdo entre hermanos y otra muy diferente es el acoso por lo tanto no se puede delimitar la línea que los diferencie.
Para finalizar Corinna Tucker dice que algunos padres creen que el conflicto entre los hermanos puede ser sano, pues les enseña a manejar situaciones difíciles. Aunque en su estudio, bsado en una amplia encuesta determinó que los niños que informaron sobre recientes agresiones por parte de sus hermanos eran más propensos a padecer algún tipo de angustia mental. (Con información de bbc.co.uk)