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19 de septiembre: ¿La angustia puede duplicar el riesgo de infartos?

Los supervivientes jóvenes de un infarto que tuvieron ansiedad después del padecimiento presentaron el doble de riesgo de un evento cardíaco posterior.

Escrito en ESPECIALIDADES el

La importancia de controlar las emociones es tal en las personas que han tenido infartos, que de no guardar la calma podrían duplicar su posibilidad de eventos cardíacos.

La doctora Mariana García, de la Universidad de Emory en Atlanta, informó esto durante una conferencia de prensa y mencionó que dicha respuesta sería una de las consecuencias de la angustia.

Se sabe que las situaciones estresantes pueden elevar la presión arterial y llevar a las personas a conductas poco saludables como una mayor ingesta de comida, dormir menos o llevar una vida saludable, por lo que todo tiene que ver.

¿Qué tiene que ver nuestro estado de ánimo? ¿Por qué indicó esto la doctora García?

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La duplicación de eventos cardíacos como una de las consecuencias de la angustia

En su estudio sobre la duplicación de eventos cardíacos como una de las consecuencias de la angustia y la importancia de controlar las emociones, García menciona que en comparación con los pacientes mayores de edad, los jóvenes que tuvieron un infarto y sobrevivieron a él presentan una mayor carga de adversidad psicológica.

Por ello, la hipótesis que planteó la especialista con su equipo fue que entre los adultos jóvenes que padecieron un infarto de miocardio y sobrevivieron, los que sufran mucho emocionalmente después haberse infartado tendrán peores resultados y “los marcadores inflamatorios influirán en el aumento del riesgo".

Con el objetivo de ver si esto era cierto y saber si la duplicación de eventos cardíacos es una de las consecuencias de la angustia, el equipo de García analizó a 283 personas de 18 a 61 años en los 8 meses posteriores al infarto que sufrieron.

Estos participantes respondieron cuestionarios estándar de ansiedad, depresión, estrés percibido, ira y trastorno de estrés postraumático que clasificaban su estado emocional en angustia leve, moderada o alta.

El seguimiento duró cinco años para ver si tenían eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) como hospitalización por insuficiencia cardíaca, muerte cardiovascular o accidente cerebrovascular.

“Pudimos ver una asociación positiva entre los marcadores inflamatorios y la puntuación de angustia psicológica. Un total de 80 pacientes desarrollaron MACE. La incidencia fue más del doble en aquellos que sufrieron mucho después del infarto (47%) que en aquellos que tuvieron sufrimiento leve (22%)”, señalaron los autores.

Ahí radica la importancia de controlar las emociones, pues la angustia repercutía más adelante en la vida de los supervivientes de infarto de mediana edad.

“(la angustia) Se asocia con un mayor riesgo de MACE a los 5 años”, advirtieron

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Medscape apunta que dicho estudio sobre las consecuencias de la angustia será presentado el 16 de mayo durante la sesión científica virtual 2021 del American College of Cardiology.

(Con información de Medscape)