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Abogados los que elaboran reglas de etiquetado

Denuncian que en América Latina se ignoró a médicos y nutriólogos para elaborar el reglamento para informar sobre contenido nutricional de productos.

Escrito en ESPECIALIDADES el
En América Latina los gobiernos y parlamentos han ignorado las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), así como de asociaciones médicas y de nutriólogos,  al elaborar sus reglamentos nacionales sobre etiquetado de alimentos. Así lo señalaron legisladores y representantes de organizaciones sociales de Brasil, Perú y México, reunidos en la Ciudad de México en una junta de análisis sobre reglamentos de etiquetado.
 
Una revisión sobre cómo han sido elaboradas las reglas sobre etiquetas de alimentos permitió a los participantes en el encuentro señalar que en muchos casos, como el mexicano, no hubo consultas a científicos ni a médicos antes de definir cuáles son los criterios para considerar que un alimento es alto en contenido de azúcar, sodio,  grasas saturadas y grasas trans. Esos cuatro ingredientes han sido considerados por la Organización Mundial de la Salud como detonadores de sobrepeso y obesidad. 
 
“Desafortunadamente vemos que los científicos no están tomando parte en esta discusión y quienes participan en la redacción de estas normas son abogados que están más preocupados en que no se le coloquen límites a las empresas que en proteger la salud. Ellos elaboran reglamentos que quedan armonizados con las constituciones y con las leyes, pero no entran al detalle técnico ni a los efectos que tendrá en la salud un mal etiquetado”, explicó el diputado peruano Jaime Delgado, promotor de la Ley General de Salud Alimentaria para Niños y Adolescentes, en su país.
 
Un ejemplo de la falta de conexión entre los reglamentos aprobados y las recomendaciones científicas es el nivel de azúcar tolerada en muchos alimentos. Mientras la Organización Panamericana de la Salud recomienda que  un alimento procesado contenga un máximo de 5 gramos de azúcar por cada 100 gramos de peso final, en Perú la norma permite 12.5 gramos de azúcar por 100 gramos de producto, y en México se permiten productos con 30 gramos de azúcar por 100 gramos de alimento.
 
Los participantes en la reunión de análisis, convocada por la organización mexicana Alianza por la Salud Alimentaria, señalaron que las personas tienen el derecho y la libertad de consumir el alimento que elijan, pero añadieron que los gobiernos tienen la obligación de ordenar etiquetas claras para que el consumidor sepa sobre los posibles efectos del consumo excesivo de ciertos ingredientes.
 
“En México fueron dos abogados y una licenciada en Medio Ambiente los que definieron cuáles eran los criterios nutricionales que debía aparecer en las etiquetas de alimentos, en la nueva norma de etiquetado que está por publicar la COFEPRIS de la Secretaría de Salud. 
 
“Esto los pudimos conocer después de enviar una solicitud por medio de la Ley de Acceso a la Información. Ninguno de ellos es médico ni especialista en nutrición y nosotros hemos rastreado que tienen o tuvieron vínculos con la industria de alimentos”, indicó en el encuentro Alejandro Calvillo,  de la ONG El Poder del Consumidor.
 
El mismo Calvillo dijo que ya fueron aceptados dos juicios de amparo contra la nueva norma oficial de etiquetado que está por publicarse y entrar en vigor.
 
Al explicar la experiencia de Brasil, el doctor Renato Maluf, de la organización Hambre Cero, dijo que en su país se ha visto que las etiquetas de alimentos que contienen un máximo de información  generan el resultado opuesto al que se desea, es decir, que la gente no las lee o no las comprende.  
 
Además, relató que ha existido una resistencia muy fuerte de los medios de comunicación brasileños en contra de que se regule la publicidad de alimentos dirigida a niños, pues afirman que eso sería una política intervencionista del Estado y que para evitar eso ellos tienen sus consejos internos de autoregulación en publicidad.
 
Los participantes del encuentro, donde también hubo investigadores de la UNAM, Oxfam, la Fundación Mídete, la ONG Sin maíz no hay país y el senador Adolfo Romero, integrante de la Comisión de Salud, indicaron que en este momento dos de los países latinoamericanos que han avanzado más en adoptar etiquetas de alimentos más claras y apegadas a las recomendaciones médicas son Ecuador y Chile, quienes tienen el sistema de etiquetado tipo semáforo, con colores que advierten sobre los riesgos en el consumo excesivo de algunos productos.
 
“Esta es una idea que se ha tratado de adoptar en otros países, pero hay un cabildeo muy fuerte en contra de estas etiquetas. El ejemplo más conocido es en Europa donde se documentó que la industria de alimentos gastó mil millones de euros en cabildeos legislativos para detener y evitar que se adoptara el etiquetado de alimentos con el modelo de semáforo”, dijo Alejandro Calvillo.
 
En el caso de Perú, el diputado Jaime Delgado dijo que se logró aprobar una ley en la que se estableciera la etiqueta con la leyenda “Alto en Azúcar. Evitar su consumo excesivo” cuando un alimento tuviera más de 12.5 gramos de azúcar por cada 100 gramos de producto. Sin embargo, esta ley lleva más de un año congelada por falta de acuerdos en la elaboración de la norma, en la cual participan más abogados que médicos.