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¿Una nueva alternativa para tratar el cáncer de mama?

Promete ser más selectiva, dañar menos a las células normales, reducir los efectos secundarios a la terapia y mejorar la calidad de vida

Escrito en ESPECIALIDADES el

El avance del tiempo ha hecho que surjan nuevas formas de tratamiento para el cáncer de mama y esto ha derivado en que ahora se vaya más allá de las quimioterapias a la hora de ser atendidas por los médicos.

¿Qué se hace generalmente cuando se detecta un tumor?

La mayoría de las veces se extirpa con una cirugía y luego se puede recurrir a las quimioterapias para evitar que haya recaídas, pero hay quien dice que de esta otra manera se le podría dar una mayor esperanza a la mujer.

Prueba de ello es una medicina personalizada que está basada en la genética del tumor y es, en palabras de especialistas, más efectiva.

¿En qué consiste esta otra forma de atención?

De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer, las terapias dirigidas son fármacos u otras sustancias que bloquean el crecimiento y la diseminación del cáncer al interferir en moléculas específicas que participan en el crecimiento, el avance y la diseminación de esta enfermedad.

Estas difieren de las quimioterapias de varias formas, según menciona esta institución:

+ Actúan en blancos moleculares específicos que están asociados con el cáncer. La mayoría de las quimioterapias regulares actúan en todas las células que se dividen con rapidez, normales y cancerosas.

+ Se eligen o diseñan deliberadamente para que actúen en sus blancos, mientras que muchas quimioterapias regulares se identifican porque destruyen células.

+ Son con frecuencia citostáticas (o sea que bloquean la proliferación de las células tumorales), mientras que las sustancias que generalmente tiene la quimioterapia son citotóxicas (es decir, destruyen células tumorales).

 

 

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Por su parte, Víctor Manuel Valdespino-Gómez y Víctor Edmundo Valdespino-Castillo, de la Unidad de Medicina Genómica del Hospital General de México y el Hospital General de Zona 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), respectivamente, detallan lo siguiente en su artículo de revisión "Terapias moleculares dirigidas en los pacientes con cáncer: logros y perspectivas", publicado en la Academia Nacional de Medicina de México (ANNM): 

"La terapia blanco-molecular promete ser más selectiva, dañar menos a las células normales, reducir los efectos secundarios a la terapia y mejorar la calidad de vida.

(...)

Los primeros ejemplos de éxito clínico con TMD fueron el ácido holotransretinoico en pacientes con leucemia promielocítica aguda, y el imatinib en pacientes con leucemia mielocítica crónica y pacientes con tumores del estroma gastrointestinal. En ensayos clínicos, la aplicación de ácido holotransretinoico como producto único alcanzó una tasa de remisión completa de 90% (aunque frecuentemente se presenta recaída a los seis meses) y aquellos con imatinib, respuesta hematológica completa de 97% y respuesta citogenética completa en 76% en leucemia mielocítica crónica".

 

 

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El diagnóstico se ha convertido en una de las partes fundamentales, ya que de él depende dar el mejor tratamiento en cada caso, por lo que el primer paso es un estudio molecular del tumor para precisar sus características.

“En la actualidad, no se debería tratar ya a una paciente sin antes saber la clasificación de su tumor”, indicó el doctor en biomedicina molecular, Horacio Astudillo de la Vega, quien sugiere que todas las pacientes deberían tener acceso a pruebas genómicas mediante la biología molecular. 

Al final del día, la que tiene la decisión sobre la manera en la que se quiere tratar es la persona que padece el cáncer. Esta podría ser una buena opción de tratamiento, pero lo mejor es consultar al médico para que examine la condición y sugiera la atención adecuada de acuerdo a las necesidades del paciente

 

Con información de Notimex, Instituto Nacional del Cáncer, ANNM