Para solucionar y detener el trastorno bipolar, una intervención temprana puede ser la solución, sin embargo esto no ha sido posible o al menos se cree que la ciencia no está tan lejos de lograrlo.
Eduard Vieta, Jefe del Servicio de Psiquiatría del Clínic, y del grupo de investigación en Trastorno Bipolar del IDIBAPS, recoge en un artículo coordinado por él y publicado en American Journal of Psychiatry, evidencia disponible sobre las intervenciones precoces.
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Vieta, destaca que la intervención temprana es un paradigma que, si se aplica adecuadamente, puede salvar vidas y prevenir significativamente muchas de las complicaciones clínicas y sociales asociadas al trastorno bipolar.
“El estigma social es una de las mayores barreras para la intervención temprana y, por lo tanto, nos concierne a todos”.
“Si un adolescente o joven presenta síntomas maníacos subsindrómicos acompañados de labilidad emocional persistente, irritabilidad y síntomas ansiosos y depresivos, la probabilidad de que pueda desarrollar un trastorno bipolar aumenta, especialmente si uno o ambos padres padece un trastorno bipolar de inicio precoz”, explica Boris Birmaher, catedrático en trastorno bipolar de inicio precoz.
Todavía no existe un claro consenso basado en la evidencia que indique cómo abordar los síntomas prodrómicos en poblaciones de riesgo, agrega Sinc en una publicación.
Por su parte los autores recalcan la necesidad de individualizar el tratamiento y de valorar cuidadosamente los riesgos y beneficios de cada intervención, ya sea farmacológica o psicológica y contraponerlo en el riesgo individual de desarrollar un trastorno bipolar.
A su vez abogan por un uso cuidadoso de antidepresivos en esta población por el riesgo de viraje que entrañan.
Para el catedrático en psiquiatría, Michael Berk las intervenciones en población de riesgo no deberían limitarse a psicofármacos o psicoterapia sino que se debería incidir también en modificar estilos de vida, como la promoción del ejercicio físico y de dietas saludables y la prevención del consumo de drogas.
Los estudios aún no terminan, ya que los autores requieren evaluar este periodo prodrómico o desarrollar herramientas que permitan identificar precozmente sujetos de alto riesgo.
Aunque los autores también destacan una herramienta desarrollada por el equipo del doctor Birmaher como resultado del Pittsburgh Bipolar Offsprings Study (BIOS) que permite calcular el riesgo a 5 años de desarrollar un trastorno bipolar en descendencia de pacientes con dicha patología.
Dentro de la calculadora de riesgo se podrá calcular la edad de los padres, factores de funcionamiento psicosocial y factores clínicos (síntomas maníacos, depresivos, ansiosos y labilidad emocional), además de predecir el riesgo a 5 años de desarrollar un trastorno bipolar con un área bajo la curva de 0.76.
Estos resultados todavía no se han replicado, pero la calculadora es presentada como una herramienta prometedora.
Intervención temprana en trastorno bipolar podrá prevenir complicaciones
Eduard Vieta, Jefe del Servicio de Psiquiatría del Clínic, y del grupo de investigación en Trastorno Bipolar del IDIBAPS, recoge en un artículo coordinado por él y publicado en American Journal of Psychiatry, evidencia disponible sobre las intervenciones precoces.
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Vieta, destaca que la intervención temprana es un paradigma que, si se aplica adecuadamente, puede salvar vidas y prevenir significativamente muchas de las complicaciones clínicas y sociales asociadas al trastorno bipolar.
“El estigma social es una de las mayores barreras para la intervención temprana y, por lo tanto, nos concierne a todos”.
“Si un adolescente o joven presenta síntomas maníacos subsindrómicos acompañados de labilidad emocional persistente, irritabilidad y síntomas ansiosos y depresivos, la probabilidad de que pueda desarrollar un trastorno bipolar aumenta, especialmente si uno o ambos padres padece un trastorno bipolar de inicio precoz”, explica Boris Birmaher, catedrático en trastorno bipolar de inicio precoz.
Todavía no existe un claro consenso basado en la evidencia que indique cómo abordar los síntomas prodrómicos en poblaciones de riesgo, agrega Sinc en una publicación.
Tratamientos
Por su parte los autores recalcan la necesidad de individualizar el tratamiento y de valorar cuidadosamente los riesgos y beneficios de cada intervención, ya sea farmacológica o psicológica y contraponerlo en el riesgo individual de desarrollar un trastorno bipolar.
A su vez abogan por un uso cuidadoso de antidepresivos en esta población por el riesgo de viraje que entrañan.
Para el catedrático en psiquiatría, Michael Berk las intervenciones en población de riesgo no deberían limitarse a psicofármacos o psicoterapia sino que se debería incidir también en modificar estilos de vida, como la promoción del ejercicio físico y de dietas saludables y la prevención del consumo de drogas.
Los estudios aún no terminan, ya que los autores requieren evaluar este periodo prodrómico o desarrollar herramientas que permitan identificar precozmente sujetos de alto riesgo.
Se podrá calcular el riesgo a 5 años
Aunque los autores también destacan una herramienta desarrollada por el equipo del doctor Birmaher como resultado del Pittsburgh Bipolar Offsprings Study (BIOS) que permite calcular el riesgo a 5 años de desarrollar un trastorno bipolar en descendencia de pacientes con dicha patología.
Dentro de la calculadora de riesgo se podrá calcular la edad de los padres, factores de funcionamiento psicosocial y factores clínicos (síntomas maníacos, depresivos, ansiosos y labilidad emocional), además de predecir el riesgo a 5 años de desarrollar un trastorno bipolar con un área bajo la curva de 0.76.
Estos resultados todavía no se han replicado, pero la calculadora es presentada como una herramienta prometedora.