La donación de médula ósea es una opción para curar a pacientes con enfermedades malignas, agudas y crónicas, que van desde cáncer hasta padecimientos autoinmunes. Aquí te damos más detalles sobre cómo este procedimiento puede mejorar tu calidad de vida.
La médula ósea es el tejido esponjoso que se ubica dentro de los huesos, en donde se producen las células sanguíneas y del sistema inmune conocidas como células progenitoras hematopoyéticas.
Guadalupe Rodríguez González, hematóloga de la Unidad de Trasplante de Médula Ósea del Hospital de Especialidades, del Centro Médico Nacional La Raza, menciona que la donación de médula ósea ayuda a tratar y curar pacientes con leucemias agudas, crónicas, linfomas, anemia aplásica, mieloma múltiple, linfoma no Hodgkin, enfermedad de Hodgkin y padecimientos autoinmunes, como esclerosis múltiple.
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¿Quiénes pueden ser donadores de médula ósea?
La especialista del IMSS dice que la edad máxima para donar es hasta los 40 años, ya que los donadores tienen menos enfermedades, sus células son más jóvenes y los pacientes tienen mayores beneficios. Destacó que los niños pueden donar desde los dos años, siempre y cuando tengan el consentimiento de los padres.
Existen dos métodos para donar médula ósea, uno es mediante punciones de las crestas ilíacas o por medio de cito aféresis, acceso venoso periférico, a través de máquinas que separan la sangre.
Además, la donación puede ser autóloga, cuando el paciente es su mismo donador; y alogénica, cuando un hermano es compatible, así como donadores no relacionados o no emparentados que sean compatibles con el receptor.
Sin embargo, también existen restricciones para donar médula ósea. Por ejemplo, no pueden hacerlo personas hipertensas no controladas, diabéticos dependientes de insulina, adictos a drogas intravenosas, con VIH, hepatitis B o C, con antecedentes de cáncer, enfermedad auto inmune y mujeres en período de lactancia.
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