Nuevos estudios revelan que la CDMX tiene altos niveles de contaminación del aire, especialmente de partículas tóxicas de heces, humo, polen y piel muerta, que al entrar al torrente sanguíneo, pueden causar graves daños a la salud.
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De acuerdo al Sistema de Monitoreo Atmosférico, los habitantes de la Ciudad de México respiran altos niveles de contaminación del aire que proviene del humo de los camiones y las fábricas, de incendios, del polen de plantas, de las esporas de los hongos, de la piel que se desprende del cuerpo, así como de óxidos, metales y heces fecales.
Dichas partículas, pueden quedarse en los pulmones por mucho tiempo y luego disolverse en el torrente sanguíneo, lo que puede afectar la salud.
¿Qué son exactamente las partículas suspendidas? Son cualquier material sólido o líquido que tiene la capacidad de mantenerse en suspensión en el aire y que tienen un tamaño de fracciones de milímetro o millonésimas de milímetro.
Son de formas diferentes: esféricas, cúbicas, fibrosas, escamosas, irregulares, líquidas o sólidas.
Las principales fuentes de este tipo de partículas en la Ciudad de México, son el escape de automóviles, la quema de diésel, las tolvaneras durante la época seca del año y las construcciones.
Especialistas advierten que entre noviembre y febrero, cuando hay falta de lluvia, cielos despejados y disminución de la temperatura, la cantidad de estas partículas tóxicas aumenta.
Por ello, a esta temporada del año se le conoce como temporada de contaminación por partículas, ya que la concentración de este contaminante es muy alta, especialmente entre las 5:00 y las 12:00 horas del día.
Lo más alarmante, es que cada día respiramos entre cinco y ocho litros de aire por minuto, donde también respiramos cualquier partícula que esté flotando en el ambiente y la dejamos entrar al sistema respiratorio.
Las partículas más grandes, se adhieren a la nariz y garganta mientras que las más pequeñas viajan profundamente y se depositan en los bronquios y pulmones.
Ante esto, el cuerpo puede sufrir las siguientes consecuencias:
1. Resequedad en los ojos
2.Irritación
3. Incremento en las secreciones
4. Tos
5. Dificultad para respirar
6. Enfermedades respiratorias de por vida
7. Alergias
8. Muerte prematura
Además, el organismo comienza a producir moco para atrapar el polvo, los virus y bacterias y para evitar que entren al cuerpo y se queden en el sistema respiratorio.
Aunque los efectos dañinos afectan a todos, los niños, personas mayores, deportistas y personas con asma y bronquitis son más vulnerables.
Como los pulmones de los niños aún no están desarrollados y necesitan respirar más rápido que los adultos, pueden sufrir daños irreversibles por la contaminación.
La contaminación también puede afectar la capacidad de defensa del cuerpo ante enfermedades y aumenta el tiempo de recuperación, por lo que se deben tomar precauciones adicionales para proteger la salud.
Antes de hacer ejercicio en exterior, lo mejor es que consultes cómo está la calidad del aire.
Si eres una persona sana, limita los esfuerzos físicos, ya que la actividad vigorosa incrementa la cantidad de aire que respiras y esto favorece que las partículas viajen a lo más profundo de los pulmones.
Así que lo mejor que puedes hacer para proteger tu salud, es evitar la exposición a estos contaminantes durante las horas de máxima concentración.
Cuídate y protege a tus seres queridos.
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Contaminación del aire en CDMX
De acuerdo al Sistema de Monitoreo Atmosférico, los habitantes de la Ciudad de México respiran altos niveles de contaminación del aire que proviene del humo de los camiones y las fábricas, de incendios, del polen de plantas, de las esporas de los hongos, de la piel que se desprende del cuerpo, así como de óxidos, metales y heces fecales.
Dichas partículas, pueden quedarse en los pulmones por mucho tiempo y luego disolverse en el torrente sanguíneo, lo que puede afectar la salud.
¿Qué son exactamente las partículas suspendidas? Son cualquier material sólido o líquido que tiene la capacidad de mantenerse en suspensión en el aire y que tienen un tamaño de fracciones de milímetro o millonésimas de milímetro.
Son de formas diferentes: esféricas, cúbicas, fibrosas, escamosas, irregulares, líquidas o sólidas.
Las principales fuentes de este tipo de partículas en la Ciudad de México, son el escape de automóviles, la quema de diésel, las tolvaneras durante la época seca del año y las construcciones.
Especialistas advierten que entre noviembre y febrero, cuando hay falta de lluvia, cielos despejados y disminución de la temperatura, la cantidad de estas partículas tóxicas aumenta.
Por ello, a esta temporada del año se le conoce como temporada de contaminación por partículas, ya que la concentración de este contaminante es muy alta, especialmente entre las 5:00 y las 12:00 horas del día.
Daños de la contaminación del aire a la salud
Lo más alarmante, es que cada día respiramos entre cinco y ocho litros de aire por minuto, donde también respiramos cualquier partícula que esté flotando en el ambiente y la dejamos entrar al sistema respiratorio.
Las partículas más grandes, se adhieren a la nariz y garganta mientras que las más pequeñas viajan profundamente y se depositan en los bronquios y pulmones.
Ante esto, el cuerpo puede sufrir las siguientes consecuencias:
1. Resequedad en los ojos
2.Irritación
3. Incremento en las secreciones
4. Tos
5. Dificultad para respirar
6. Enfermedades respiratorias de por vida
7. Alergias
8. Muerte prematura
Además, el organismo comienza a producir moco para atrapar el polvo, los virus y bacterias y para evitar que entren al cuerpo y se queden en el sistema respiratorio.
¿Cómo prevenir daños por contaminación?
Aunque los efectos dañinos afectan a todos, los niños, personas mayores, deportistas y personas con asma y bronquitis son más vulnerables.
Como los pulmones de los niños aún no están desarrollados y necesitan respirar más rápido que los adultos, pueden sufrir daños irreversibles por la contaminación.
La contaminación también puede afectar la capacidad de defensa del cuerpo ante enfermedades y aumenta el tiempo de recuperación, por lo que se deben tomar precauciones adicionales para proteger la salud.
Antes de hacer ejercicio en exterior, lo mejor es que consultes cómo está la calidad del aire.
Si eres una persona sana, limita los esfuerzos físicos, ya que la actividad vigorosa incrementa la cantidad de aire que respiras y esto favorece que las partículas viajen a lo más profundo de los pulmones.
Así que lo mejor que puedes hacer para proteger tu salud, es evitar la exposición a estos contaminantes durante las horas de máxima concentración.
Cuídate y protege a tus seres queridos.
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