José Antonio Meade es un economista y político mexicano precandidato a la presidencia de México 2018 por la coalición “Todos por México” en la que se encuentran 3 partidos políticos: Partido Verde, Partido Nueva Alianza (Panal) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las empresas que distribuyen y producen comida chatarra tienen como consumidores meta a los niños y niñas, sin embargo para este gusto no hay edad y prueba de ello es Antonio Meade.
La comida chatarra se ha definido como aquella densamente energética, es decir, alta en calorías o energía y deficiente valor nutritivo, por ejemplo algunos snacks como papitas, chicharrones, refrescos y demás comida industrializada.
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Consumir comida chatarra habitualmente puede conducir a enfermedades como sobrepeso, obesidad, diabetes, cáncer y otras. Antonio Meade lo sabe.
Al ser entrevistado en Acapulco, Guerrero, el precandidato presidencial refirió que su dieta consiste en papitas adobadas, chocorroles (pan industrializado) y recientemente papitas pero en la versión más picante (Chips Fuego).
Meade admitió también “le entro a todo” y explicó también lo complicado que le resulta “estar a dieta”.
Se le complica comer sano, suficiente y variado, a tal punto que sus intentos no han resultado; prefiere comida chatarra.
Pese a que también ha querido “comerse al mundo”, la realidad es que ya le han recomendado ponerse a dieta.
En ocasiones, el priísta ha optado por comer pechuga y lechuga, aunque en sus participaciones en diferentes puntos del país también le ofrecen comida chatarra como obsequio.
“Y la verdad que es bastante mejor que me regalen zanahorias, pepinos y jícamas”, puntualizó.
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Finalmente, habló de su esposa, Juana Cuevas, quien se encarga de estimularle para adoptar una alimentación más sana.
De hecho, su esposa ha tratado de imponerle una dieta balanceada.
Le gustan los pepinos, las zanahorias y las jícamas y es ahí donde Antonio Meade visualiza la oportunidad para lograr sus objetivos saludables.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las empresas que distribuyen y producen comida chatarra tienen como consumidores meta a los niños y niñas, sin embargo para este gusto no hay edad y prueba de ello es Antonio Meade.
La comida chatarra se ha definido como aquella densamente energética, es decir, alta en calorías o energía y deficiente valor nutritivo, por ejemplo algunos snacks como papitas, chicharrones, refrescos y demás comida industrializada.
Te recomendamos: Pese a advertencias, sigue venta de comida “chatarra”
Consumir comida chatarra habitualmente puede conducir a enfermedades como sobrepeso, obesidad, diabetes, cáncer y otras. Antonio Meade lo sabe.
Antonio Meade y su amor por la "comida chatarra"
Al ser entrevistado en Acapulco, Guerrero, el precandidato presidencial refirió que su dieta consiste en papitas adobadas, chocorroles (pan industrializado) y recientemente papitas pero en la versión más picante (Chips Fuego).
Meade admitió también “le entro a todo” y explicó también lo complicado que le resulta “estar a dieta”.
Se le complica comer sano, suficiente y variado, a tal punto que sus intentos no han resultado; prefiere comida chatarra.
Pese a que también ha querido “comerse al mundo”, la realidad es que ya le han recomendado ponerse a dieta.
En ocasiones, el priísta ha optado por comer pechuga y lechuga, aunque en sus participaciones en diferentes puntos del país también le ofrecen comida chatarra como obsequio.
“Y la verdad que es bastante mejor que me regalen zanahorias, pepinos y jícamas”, puntualizó.
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Finalmente, habló de su esposa, Juana Cuevas, quien se encarga de estimularle para adoptar una alimentación más sana.
De hecho, su esposa ha tratado de imponerle una dieta balanceada.
¿Sus preferencias “saludables”?
Le gustan los pepinos, las zanahorias y las jícamas y es ahí donde Antonio Meade visualiza la oportunidad para lograr sus objetivos saludables.