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No reconocer síntomas a tiempo, principal causa de muerte por Ictus

El Ictus es un accidente cerebrovascular que constituye la cuarta causa de muerte en México

Escrito en VIDA SANA el

Cuando una persona sufre un Ictus o ataque cerebral, el tiempo que transcurre para llegar al hospital desde que aparece el primer síntoma puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Así lo explica en entrevista con SuMédico el doctor Luis Manuel Murillo Bonilla, neurólogo vascular y presidente de la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral (AMEVASC), en el marco del Día Mundial del Ictus, que se conmemora cada 29 de octubre.

De acuerdo con el experto, a nivel mundial el Ictus es la segunda causa de muerte, la primera causa de discapacidad física y la segunda causa de demencia.

“Una de cada 10 personas en el mundo van a morir por un Ictus, lo que representa un 10% de la mortalidad global; la incidencia mundial es tan alta, que se calcula que 4 de cada 10 personas va a tener un Ictus en su vida. Cada año mueren entre 6 y 7 millones de personas por un Ictus”, advierte.

En México el panorama no es muy distinto pues se estima que el Ictus es la cuarta causa de muerte y se calcula que ocurren entre 120 y 130 casos por cada 100 mil habitantes. Cabe destacar que en nuestro país es la cuarta causa de muerte debido a que las personas con diabetes que fallecen por un Ictus no son registradas así, solo se considera como un factor de riesgo, así que en realidad podría ser la tercera causa de muerte a nivel nacional.

“El promedio de edad del Ictus en México ronda los 58-60 años para el infarto cerebral y alrededor de los 55 años para la hemorragia cerebral, así que podemos notar que afecta a pacientes realmente jóvenes, que todavía tienen actividad laboral, familiar y social”, puntualiza el experto.

¿Qué es un Ictus?

El gran problema con los Ictus es que muy pocas personas saben lo que es, mucho menos identifican los primeros síntomas de alerta, lo que aumenta en gran medida el riesgo de sufrir secuelas o incluso, perder la vida, pues solo se cuentan con 4.5 horas para acudir a los servicios de emergencia cuando ocurre. 

“La enfermedad vascular cerebral es una enfermedad crónica que tiene una fase aguda grave y mortal llamada Ictus o ataque cerebral, que mucha gente conoce como infarto y hemorragia cerebral. El Ictus se define como un déficit neurológico focal agudo producido por la oclusión o la ruptura de una arteria cerebral”, explica el presidente de la AMEVASC.

(Foto: Dr. Luis Manuel Murillo Bonilla, presidente de AMEVASC) 

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“Se cree que la enfermedad vascular es algo grave que no se puede prevenir, pero no es así. Cuando se atiende a tiempo y hay tratamiento antes de la fase aguda que es el Ictus o durante el evento, es muy prevenible”, subraya.

Síntomas de un Ictus

“Los síntomas de inicio tanto del infarto como de la hemorragia cerebral son muy similares, porque en ambos casos se trata de un déficit neurológico focal agudo, por lo que hay presencia súbita de problemas del lenguaje, se puede perder la capacidad de hablar o hablar arrastrado; también hay pérdida de la fuerza de la pierna y brazo de un solo lado del cuerpo o alteraciones súbitas de la vista”, explica el doctor Murillo.

Ese fue el caso Rosa María Portugal Aguirre, una mujer de 68 años quien sufrió un Ictus hace dos años y medio.

“Era un domingo. Yo estaba trabajando en la computadora y fumando y de pronto sentí como que me dio un toque en el dedo de en medio, se me cayó el cigarro y más tarde, no pude abrir una bolsa de papas. Fuera de eso, no sentí nada, pero mi nuera le dijo a mi hijo que me veía mal y me llevaron al hospital, aunque yo no quería”, relata.

(Foto: Rosa María, sobreviviente de Ictus) 

“Me hicieron estudios y dijeron que solo era una parálisis facial, que todo estaba bien y simplemente necesitaba descansar, así que me fui a casa, pero luego volvimos al hospital por recomendación de un amigo médico de mi hijo y tuvieron que ayudarme a entrar porque yo ya no podía mover mi pierna izquierda. Me quedé en el hospital a que me hicieran estudios y empecé a perder movilidad también de un brazo. Al final todo mi lado izquierdo se me paralizó y ya no recuerdo que más pasó”, agrega.

Su esposo, Eduardo Rodas, no se despegó de ella ni un minuto y relata que “le hicieron una resonancia magnética y a los pocos minutos una neuróloga dijo que se trataba de un infarto cerebral y que podría perder la movilidad. Empezaron rápido a estabilizarla, pero ella ya no podía caminar, necesitó una silla de ruedas”.

“Estuvo 5 o 6 días en el hospital para vigilar que el infarto cerebral no se repitiera, algo que la neuróloga nos dijo que es común y que puede ser fatal”, explica.

Estrategia CAMALEÓN

La estrategia CAMALEÓN sirve para identificar los síntomas de un Ictus. De acuerdo con el doctor Murillo, CA indica cara colgada porque la gente puede notar que la cara está chueca de un lado; MA es de mano colgada porque hay un debilitamiento de la mano de un lado; LE es lenguaje alterado, ya que se puede notar que el lenguaje se altera, se arrastran las palabras o hay dificultad para hablar y ON, es ponte en acción marcando al 9-1-1 para recibir atención de inmediato. 

Pero no en todos los casos las señales son muy evidentes para los propios pacientes, pues para Bertha Toscano Mora, de 85 años y quien hace apenas 4 meses sufrió un infarto cerebral, fue su hija quien se dio cuenta de que no estaba bien, ya que en años pasados ella también sufrió un accidente cerebrovascular.

“Yo no sentí absolutamente nada o no lo recuerdo, pero mi hija vio que no podía mover las piernas ni los brazos y que se me enchuecó la cara. Me llevaron al hospital, me operaron y estuve muy grave, pasé 5 días sin poder despertar”, recuerda Bertha.

(Foto: Bertha Toscano, sobreviviente de infarto cerebral) 

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Por su parte, su hija Victoria Olimpia Silva Toscano, de 52 años, quien sufrió un Ictus hace casi 3, recuerda que tampoco tuvo síntomas o, mejor dicho, no se dio cuenta de que los estaba teniendo.

“Me pasó casi igual que a mi mamá. Un domingo que parecía normal me fui a acostar y en la mañana desperté, pero no podía moverme ni hablar, sentía mucha pesadez, pero como estaba oscuro, mi maridó pensó que estaba teniendo una pesadilla. Después de un rato, intenté levantarme pero me caí de la cama y en cuanto mi esposo prendió la luz, me vio toda chueca”, relata.

“Llegamos al hospital pero no tengo claro que pasó después, lo veo muy borroso. Me contaron que estuve en terapia intensiva 3 días. Después de eso no podía hablar bien, necesitaba que me ayudaran a moverme y cuando me dieron de alta, poco a poco se me fue enderezando mi cara porque todo mi lado derecho estaba muy duro y fui recuperando el habla”, agrega.

(Foto: Olimpia Toscano, sobreviviente de infarto cerebral) 

Factores de riesgo de un ataque cerebral

El experto detalla que el Ictus o ataque cerebral se presenta comúnmente de los 50 años en adelante, pero también ocurre en los pacientes que tienen factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la elevación de colesterol o grasas, la obesidad, la vida sedentaria, el tabaquismo y el alcoholismo. 

“Estos factores de riesgo generalmente se tienen desde etapas muy tempranas de la vida, a veces a partir de los 15 años se manifiestan y se van haciendo más intensos conforme pasa el tiempo, de manera que a los 30 la persona ya es totalmente hipertensa o diabética, con obesidad y colesterol alto, lo que favorece que el Ictus se presente alrededor de los 50 años”, señala.

En el caso de Rosa María, su esposo cuenta que la causa de su accidente cerebrovascular fue la obstrucción avanzada de dos de las arterias más importantes que hay en el cuerpo. 

(Foto: American Academy of Ophthalmology) 

“La causa del infarto cerebral de mi esposa fue que se tapó una de las dos arterias principales del cuello, las arterias carótidas; una está absolutamente calcificada y la otra también está tapada pero en un 30%; entonces el reto con el tratamiento médico, la dieta y la rehabilitación es que lo que queda no se obstruya más”, cuenta.

El doctor Murillo agrega que “en muchos casos tenemos 30 o 35 años para prevenir el Ictus con cambios en el estilo de vida muy generales”.

Causas del Ictus

Entre las causas más comunes del Ictus destacan tres. En primer lugar, se encuentra la ateroesclerosis, que es la inflamación crónica de varias arterias que con el tiempo las obstruye y causa el infarto o la hemorragia cerebral. Generalmente, esto ocurre en la arteria carótida que está en el cuello o en las arterias cerebrales conocidas como polígono de Willis. 

“En segundo lugar, están las enfermedades del corazón, especialmente la fibrilación auricular, porque se mandan coágulos al cerebro que causan el ataque cerebral. Finalmente, la hipertensión arterial mal controlada por años es otra causa de Ictus, ya que hace que las arterias más pequeñas del cerebro se tapen, lo que se conoce como infarto lacunar”, resalta el presidente de la AMEVASC.

“En algunos casos, el Ictus puede ocurrir en pacientes jóvenes de menos de 50 años debido a problemas genéticos, golpes en las arterias o malos hábitos, como el abuso de drogas”, agrega el especialista.
 

Éxito del tratamiento depende de actuar rápido

Durante un infarto cerebral, un coágulo impide el flujo sanguíneo en una arteria del cerebro y se considera que por cada minuto que pasa durante esta obstrucción, se pierden en promedio 1.9 millones de neuronas, de ahí la importancia de actuar lo más rápido posible.

“Mientras la gente llegue más rápido al hospital más oportunidad tenemos los médicos para tratar al paciente, si se tardan mucho tiempo se pierde la opción de dar un tratamiento. Se debe acudir en las primeras 4.5 horas desde que empiezan los síntomas CAMALEÓN”, señala el especialista.

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De igual manera, detalla que para el infarto cerebral hay actualmente dos tratamientos. En uno se aplica un medicamento por la vena (trombólisis intravenosa) siempre y cuando el paciente llegue al hospital en las primeras 4.5 horas desde que empezó con síntomas. Antes se debe hacer una tomografía para asegurar que se trata de un ataque cerebral.

El segundo tratamiento se usa en pacientes que llegan después de 4.5 horas, incluso después de 24 horas desde que iniciaron los síntomas, se llama trombectomía mecánica pero por desgracia, “está disponible en muy pocos hospitales a nivel nacional, además de que es de costos muy elevados”, lamenta el experto.

“Mientras más rápido se llegue al hospital, más oportunidades hay de recuperarse y evitar secuelas por Ictus”, subraya Murillo.
 

Consecuencias del Ictus

El neurólogo vascular explica que es muy importante que la población entienda que “lo que pasa en un Ictus, específicamente en el infarto cerebral, es que se ocluye una arteria por un coágulo y el tejido cerebral o las neuronas que dependen de esa arteria se van a morir. Cuando las neuronas mueren, producen los síntomas de pérdida de lenguaje o movimiento de una parte del cuerpo y si no quitamos el coágulo para que la sangre llegue de nuevo al tejido dañado, estos efectos van a persistir de por vida”

“El tratamiento va encaminado a quitar el coágulo que obstruye el paso de sangre y oxígeno al cerebro y que hace que las neuronas mueran, causando secuelas o hasta la muerte”, señala.

¿Qué secuelas pueden ocurrir? El especialista indica que el déficit del paciente va a depender del tamaño de la arteria afectada: si es una pequeña, las consecuencias son más leves, pero si es una arteria grande, el paciente puede quedar con uso de bastón, en silla de ruedas o en cama de por vida.

"Incluso puede fallecer en los primeros días del inicio de los síntomas, por eso es una de las principales causas de muerte a nivel mundial", detalla el experto.

La vida después de una hemorragia o infarto cerebral

El doctor Murillo explica que recibir el tratamiento en las primeras 4.5 horas desde el inicio de los síntomas no es el final del proceso, ya que después de un Ictus el paciente debe recibir el tratamiento agudo y luego viene una fase de diagnóstico para saber qué fue lo que causó la obstrucción en la arteria, porque en el cerebro hay varios mecanismos que tapan las arterias.

“Una vez que sabemos las causas, damos un tratamiento de por vida para evitar que se repita el evento, ya que parte de lo peligroso del Ictus es que con el tiempo puede volver a ocurrir y empeorar el pronóstico del paciente, porque si se tapó una arteria significa que hay varias arterias enfermas”, indica el experto.

“Si quedaron secuelas, el paciente también tiene que recibir rehabilitación física para recuperar con el tiempo funciones que se han perdido”, puntualiza el Dr. Murillo.

Para Bertha Toscano, la terapia física y seguir todas las recomendaciones del médico, han sido clave en su recuperación.

“Poco a poco empecé a recuperarme, me dieron un tratamiento y me mandaron a casa donde mi familia me cuida mucho. Sigo con algunas secuelas, como que me mareo cuando me levanto rápido, pero tomo mis medicamentos y camino una hora todos los días, además de que recibo terapia física. También hago crucigramas, leo y pinto, me siento muy bien”, relata. 

“Ya no tengo torcida la cara, muevo mis piernas y brazos y camino muy bien gracias a mis terapias”, agrega la paciente.

(Foto: Bertha Toscano) 

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Rosa María también ha hecho grandes esfuerzos por volver a caminar y recuperar la movilidad de su lado izquierdo, que se había paralizado por completo tras el infarto cerebral.

“Ha hecho mucha terapia física para poder volver a caminar, sostener un vaso con su mano izquierda que es la que quedó dañada, bañarse y abrocharse los botones de la ropa. También practicó natación, ha hecho actividades con plastilina y pintura y tuvo terapia en casa para hacer ejercicios específicos que le ayudaron a corregir la pérdida de masa muscular. Le ha echado muchas ganas”, cuenta su esposo.

(Foto: Rosa María en rehabilitación) 

¿Se puede prevenir el ataque cerebral o Ictus?

El Ictus es considerado como enfermedad catastrófica por la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a que si no se trata oportunamente cuando ocurre, causa la muerte o deja secuelas de por vida. 

“Sin embargo, es mucho más barato prevenir un Ictus que tratarlo, por ello los esfuerzos actualmente están encaminados en controlar los factores de riesgo asociados al ataque cerebral, como el peso, la presión arterial, el colesterol y el azúcar, la falta de ejercicio, el tabaquismo y el consumo de alcohol”, indica el doctor Murillo.

Y advierte que “cuando una arteria se tapa y causa un Ictus, la realidad es que esa arteria llevaba años enferma, tal vez 30 o 40 años y se tapó porque ya no pudo más. Para evitar que las arterias se enfermen con los años, hay que hacer actividad física, seguir una dieta balanceada y controlar todos los factores de riesgo acudiendo a chequeos constantes con el médico”.

“Controlar los factores de riesgo a la larga es mucho más barato y reduce hasta en 75 a 80% los riesgos de padecer un Ictus”, detalla.

Bertha aprendió la lección y ahora sabe que los chequeos frecuentes son la clave para estar sano y prevenir otro ataque cerebrovascular.

“Hay que ir con un neurólogo al menos una vez al año, porque a mí me dijeron que de haber ido antes a un chequeo, no me hubiera dado el infarto cerebral. También hay que ir rápido en cuanto se tengan síntomas, no hay que quedarse pensando, porque así no quedan tantas secuelas”, aconseja.

Una llamada que salva la vida

En ese sentido, cabe destacar que actuar rápido llamando al 9-1-1 y no esperar a que los síntomas se pasen por sí solos es la clave para evitar discapacidad y hasta la muerte.

“El 9-1-1 está capacitado para referir al paciente con síntomas de Ictus a un hospital que cuente con tomografía computada y con el equipo médico de urgencias necesario para poder ser atendido y que se dé al menos el primer tratamiento”, resalta el doctor Murillo.

"En México hay más de 80 hospitales con personal capacitado para atender a esos pacientes y en la AMEVASC damos siempre cursos y congresos para preparar a más y más personas en los hospitales", agrega.

No dejarse vencer después de un Ictus

Para las tres pacientes que sufrieron un infarto cerebral, la situación no fue fácil, pero nunca dejaron de luchar por recuperar su movilidad y ser personas independientes a pesar de las secuelas.

“El doctor me dijo que mi infarto cerebral fue mucho más fuerte que el de mi mamá, pero yo no me dejé vencer, quise seguir moviéndome y aunque mi esposo me bañaba y me ayudaba a hacer varias cosas, no me quedé en la cama”, relata Victoria Toscano.

(Foto: Olimpia Toscano) 

“Ahora ya hasta manejo, pero de pronto al hablar cambio unas palabras por otras o pierdo el hilo de una conversación, aunque no es tan frecuente. También siento a veces que se me quiere ir de lado la cara, pero lo controlo bien y se me pasa”, dice.

“Hay que seguir todas las recomendaciones de los doctores y aceptar las cosas, en mi caso tal vez fue un freno de mano para todo el estrés que tenía, para entender que tengo que escuchar a mi cuerpo y ser más sensible conmigo misma”, agrega.

Apoyo de la familia, un pilar

En el caso de Rosa María, lo que más le ayudó a salir adelante fue el apoyo incondicional de sus seres queridos, que no la dejaron de motivar para superar la pérdida de movilidad de su lado izquierdo.

“La familia es fundamental para superar las secuelas del Ictus, porque su apoyo y presencia positiva motiva bastante. Hay mucho trabajo de rehabilitación, pero hay que tomarlo con buena actitud, no tirarse a la tragedia, sino echarle ganas para salir adelante”, dice la paciente.

(Foto: Rosa María y su familia) 

Por su parte, Bertha Toscano afirma estar consciente de que su vida ya no va a ser normal.

“Sé que de ahora en adelante siempre tengo que estar asistida por alguien, de día y de noche por cualquier complicación que pudiera surgir. Pero para mi edad, me siento muy bien. No me cambió la vida a mi nada más, le cambió también a mi familia porque son quienes me cuidan y están al pendiente de lo que necesito, nunca me dejan sola”, cuenta orgullosa.

AMEVASC

Educar a más y más médicos para reconocer oportunamente un ataque cerebral en los pacientes y claro, difundir tanto como sea posible los síntomas y los efectos del Ictus entre la población, han sido los principales objetivos de la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral.

“AMEVASC es una asociación de médicos que tiene por objetivo la educación médica continua, la capacitación y el desarrollo de investigación en el área de enfermedad vascular cerebral. Nuestros esfuerzos están encaminados en realizar cursos y congresos para que más médicos conozcan la enfermedad, sepan cómo prevenirla y, sobre todo, tratarla a tiempo”, explica el especialista.

Indica que tienen dos registros que les permiten conocer el pronóstico y comportamiento de la enfermedad de los pacientes con infarto y hemorragia cerebral en México; y están por publicar un tercer registro. También hacen guías de práctica clínica para que los médicos las usen al tratar a los pacientes de Ictus desde la etapa de prevención hasta el tratamiento de casos agudos.  

“Trabajamos en conjunto con otras asociaciones para informar a la población sobre la enfermedad, porque el problema es que muchos no saben qué es un Ictus y no lo consideran como algo grave, especialmente porque el infarto y la hemorragia cerebral no duelen y la gente prefiere quedarse en su casa a esperar que pasen las molestias, desperdiciando tiempo valioso para recibir el tratamiento y evitar secuelas o hasta la muerte”, lamenta.

(Foto: Mesa directiva AMEVASC)

Ictus, una carrera contra el tiempo

Desde su experiencia, el especialista señala que la población no debe olvidar que el Ictus es una enfermedad grave y mortal que se puede prevenir con dieta, ejercicio y revisiones médicas frecuentes.

“Si ocurre, debemos saber reconocer los síntomas CAMALEÓN y acudir de inmediato al hospital o llamar al 9-1-1 para ser remitido a la unidad médica adecuada para recibir el tratamiento El Ictus es tiempo-dependiente, mientras más rápido se atienda, más oportunidad hay de tratarlo y de evitar sus consecuencias”, subraya. 

“Ante cualquier síntoma neurológico hay que correr al hospital”, concluye Murillo.

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