Jorge R. López López, profesor de Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió que las víctimas de la alergias son potencialmente de la población infantil, y de no ser tratadas pueden poner en peligro la salud y la vida del enfermo si sufre de asma.
Según López, la rinitis es actualmente la enfermedad que más se atiende en el servicio de Alergia e Inmunología Clínica del Hospital General de México, cerca de 20 mil personas al año, y ésta involucra a la mucosa nasal y presenta síntomas como escurrimiento, congestión nasal y crisis de estornudos.
El estudioso explicó que las alergias son una respuesta inmunológica exagerada en una o varias regiones del cuerpo, ante ciertos elementos del ambiente, alimentos, medicamentos y demás agentes, que solamente se constituyen como elementos peligrosos cuando el sujeto receptor tiene predisposición genética.
Estas alergias pueden ser localizadas en nariz, bronquios, piel, tubo digestivo o atacar todo el conjunto. Inclusive, hay pacientes que presentan una combinación de signos de rinitis, sinusitis, conjuntivitis, dermatitis atópica y asma, explicó López López.
El factor principal atópico consiste en la predisposición genética: “A veces consideramos la atopía sólo por el antecedente de un familiar directo, que ha tenido manifestaciones semejantes, pero estamos seguros que existe cuando algún integrante de la familia ha tenido el mismo tipo de enfermedad, y mediante pruebas específicas se comprobó la presencia de reacción alérgica”, comentó.
También comentó que las alergias pueden ser prevenidas desde la etapa de gestación y aconsejó que las madres prolonguen la lactancia hasta 12 meses.
“En mi criterio –comentó–, estas enfermedades no son curables, pero sí controlables. Cuando se detectan, el primer abordaje es evitar los alérgenos; el segundo, los medicamentos, pues algunos permiten el alivio de los síntomas en un porcentaje muy alto, pero cuando se muestra poco avance, se requiere también el uso de inmunoterapia”, explicó.
Para ésta hay que administrar “vacunas de alergia”, que es la administración creciente de pequeñas cantidades de elementos controlados como causantes de las alergias (polen, ácaros del polvo casero, cucarachas, pelo de gatos o perros, y hongos).
Lo importante, según el investigador de la UNAM, es que el tratamiento dure 3 años, por lo menos, y si después de 8 meses sin presentar recaídas, el paciente puede ser dado de alta.
(Con información de la UNAM)