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Morderse las uñas, mal hábito que tiene riesgos

La acción de morderse las uñas, aunque puede ser por ansiedad o aburrimiento, puede traer consigo infecciones bacterianas, de hongos o virales.

Escrito en VIDA SANA el
La onicofagia, proveniente del griego "onyx" y "phagein", es el hábito de morderse las uñas de manera continua.
 
Se trata de una costumbre que pueden sufrir las personas a cualquier edad y que es muy difícil de dejar.
 
Es necesario tener en cuenta que la cutícula es un elemento clave para la protección de las uñas.
 
La doctora Montserrat Salleras es especialista en dermatología de la Clínica Dermatológica Salleras, en Barcerlona, España y profundiza acerca de la importancia que tiene la cutícula en el mantenimiento de unas uñas sanas, así como los problemas que puede acarrear el morderlas.
 
La cutícula tiene una función protectora, se encarga de resguardar a la uña y al tejido que la rodea de traumatismos y posibles infecciones.
 
Si no hay cutícula, se es más propenso a infecciones bacterianas, de hongos o virales.
 
La persona que carece de esta película de piel, ya sea por alguna enfermedad, porque se la elimina de forma inconsciente cuando se muerde las uñas, o se la eliminan en tratamientos por motivos estéticos, tendrá más probabilidad de infectarse.
 
La onicofagia es un hábito que daña la cutícula y puede ir más allá, pues el tejido periungueal, el que bordea las uñas, también se ve afectado.
 
Incluso si la persona se muerde las uñas de forma muy agresiva, se puede producir la lesión de la matriz de la uña, que está debajo de la cutícula y del tejido periungueal.
 
Si esa matriz se daña, no tiene ninguna capacidad de reparación y se trata de una alteración irreversible, provocará que la uña crezca de manera distrófica, es decir, de forma irregular, más gruesa, con estrías o rasguños.
 
El hábito de morderse las uñas es una combinación de factores emocionales, como preocupación, tristeza, ira, aburrimiento o incluso excitación.
 
Podemos hacerlo tanto al estar ansiosos o miedosos por algo que nos preocupa, como por algo que nos da vergüenza.
 
Otra de las razones puede ser que lo hagamos por algo positivo, como cuando nos dan una buena noticia o algo similar, explica Vanessa Fernández, doctora en psicología del Instituto de Psiquiatría Martínez Campos de Madrid.
 
La persona asocia este gesto con algo que le tranquiliza y le libera de las tensiones momentáneamente, se trata de un gesto que responde a la interacción entre emoción y comportamiento.
 
¿Cómo se puede dejar este hábito? Al paciente se le enseña a detectar cuáles son los momentos en que más se muerde las uñas.
 
Para ello, debe elaborar un auto-registro en el que anota cuál es la situación en la que se “come” las uñas.
 
El afectado lleva a cabo una serie de conductas que le ayudan a realizar algo diferente en ese tipo de situaciones. Por ejemplo, si se las “come” cuando está ansioso, se le enseña a poner en práctica alguna técnica de relajación.
 
En cambio, si se trata de un caso en el que se las muerde cuando le está dando vueltas a la cabeza, se le enseña a controlar el pensamiento y algunas técnicas para realizar una actividad que sea incompatible con el hábito.
 
La manicura de gel no da problemas al principio, pero la superficie que tiene la uña, permite que se acumule sudor, agua, jabón, lo que hace que haya más propensión a atrape infecciones, en especial de hongos, los gérmenes a los que les gusta la humedad.
 
Al retirar el gel, se puede provocar un daño en la lámina de la uña, que hace que sea fea estéticamente, tanto por el gel como por los productos que se utilizan para eliminarlo.
 
La lámina suele quedar dañada después de llevar algún tiempo este tipo de tratamiento y hay uñas sanas que acaban enfermas con esto. 
También depende de los tipos de uñas, ya que hay gente que las tiene más fuertes y resistentes, al igual que sucede con el cabello.
 
Hacerse este tratamiento estético no se trata de una solución para dejar la onicofagia. Antes había productos tópicos que tenían la función de hacer desagradable el acto de morderlas; pero el que lo hacía, se acostumbraba al sabor, por lo que se buscan tratamientos psicoterápicos o, en casos extremos, fármacos.
 

Algunos consejos para tener uñas sanas son utilizar guantes cuando se cocine; manipule agua, detergente, alimentos; o se tenga la uña húmeda por mucho tiempo. Además de la aplicación nocturna de cremas hidratantes para uñas, y un endurecedor para protegerlas. (Con información de 20 minutos)