De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud y las enfermedades de los migrantes son temas relevantes, conforme el creciente volumen de los movimientos de población voluntarios o forzados.
Esto es, cada día se registra una mayor cantidad de migrantes y, por tanto, un mayor riesgo de transmisión de enfermedades. Tal es el caso de la caravana de migrantes que cursa desde Honduras, pasando por México, con destino a Estados Unidos.
Datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) durante el año 2014, más de 127 mil personas de nacionalidad extranjera estuvieron en estaciones o estancias migratorias del Instituto Nacional de Migración (INM).
El término migrantes que engloba a desplazados internos en búsqueda de trabajo y a sus familias. Son personas que emigran por periodos largos o periodos cortos, refugiados, solicitantes de asilo, individuos que regresan a su país de origen o que llegan a otro destino, migrantes ilegales y víctimas de la trata de personas.
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Respecto a la salud de los desplazados, los movimientos de población hacen que ellos sean más vulnerables a riesgos sanitarios; sin embargo, las enfermedades de los migrantes son similares a las del resto de la población, aunque la prevalencia puede ser distinta.
En ese sentido, la OMS indica que los problemas de salud más frecuentes en migrantes y refugiados son:
1. Lesiones accidentales (torcerduras, esguinces, heridas, etc.)
2. Hipotermia
3. Quemaduras
4. Accidentes cardiovasculares
5. Complicaciones del embarazo y el parto
6. Diabetes
7. Hipertensión.
8. Insolación y golpes de calor
9. Picaduras o mordeduras de animales
10. Deshidratación.
En el caso de las mujeres migrantes, estas se enfrentan a dificultades específicas, particularmente en los temas de salud materna, del recién nacido, el niño y también de salud sexual, salud reproductiva y violencia (de género y sexual).
Otros riesgos identificados en los desplazamientos poblacionales son los problemas de salud reproductiva, los trastornos psicosociales, abuso de drogas, trastornos nutricionales (por ejemplo, anemia y desnutrición), alcoholismo, violencia y mayor mortalidad neonatal.
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Por ello, la problemática principal sería la interrupción de la atención de salud, que complica o hace inaccesibles los tratamientos y su seguimiento.
En ese sentido, la sugerencia es ofrecer y llevar a cabo controles sanitarios para detectar enfermedades transmisibles y no transmisibles.
Lo anterior siempre será en un entorno de respeto a la dignidad y derechos humanos de los migrantes.
Este reconocimiento permite el acceso a cuidados de salud y protección sanitaria, por ejemplo acceso a la vacunación.
Finalmente, por medio de un comunicado, la OMS advierte que ninguna circunstancia de salud sería justificación o excusa para expulsar a un migrante o refugiado del país de emplazamiento.
Esto es, cada día se registra una mayor cantidad de migrantes y, por tanto, un mayor riesgo de transmisión de enfermedades. Tal es el caso de la caravana de migrantes que cursa desde Honduras, pasando por México, con destino a Estados Unidos.
Datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) durante el año 2014, más de 127 mil personas de nacionalidad extranjera estuvieron en estaciones o estancias migratorias del Instituto Nacional de Migración (INM).
El término migrantes que engloba a desplazados internos en búsqueda de trabajo y a sus familias. Son personas que emigran por periodos largos o periodos cortos, refugiados, solicitantes de asilo, individuos que regresan a su país de origen o que llegan a otro destino, migrantes ilegales y víctimas de la trata de personas.
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Enfermedades de los migrantes y refugiados más comunes
Respecto a la salud de los desplazados, los movimientos de población hacen que ellos sean más vulnerables a riesgos sanitarios; sin embargo, las enfermedades de los migrantes son similares a las del resto de la población, aunque la prevalencia puede ser distinta.
En ese sentido, la OMS indica que los problemas de salud más frecuentes en migrantes y refugiados son:
1. Lesiones accidentales (torcerduras, esguinces, heridas, etc.)
2. Hipotermia
3. Quemaduras
4. Accidentes cardiovasculares
5. Complicaciones del embarazo y el parto
6. Diabetes
7. Hipertensión.
8. Insolación y golpes de calor
9. Picaduras o mordeduras de animales
10. Deshidratación.
En el caso de las mujeres migrantes, estas se enfrentan a dificultades específicas, particularmente en los temas de salud materna, del recién nacido, el niño y también de salud sexual, salud reproductiva y violencia (de género y sexual).
Problemática, riesgos y acceso a la salud
Otros riesgos identificados en los desplazamientos poblacionales son los problemas de salud reproductiva, los trastornos psicosociales, abuso de drogas, trastornos nutricionales (por ejemplo, anemia y desnutrición), alcoholismo, violencia y mayor mortalidad neonatal.
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Por ello, la problemática principal sería la interrupción de la atención de salud, que complica o hace inaccesibles los tratamientos y su seguimiento.
En ese sentido, la sugerencia es ofrecer y llevar a cabo controles sanitarios para detectar enfermedades transmisibles y no transmisibles.
Lo anterior siempre será en un entorno de respeto a la dignidad y derechos humanos de los migrantes.
Este reconocimiento permite el acceso a cuidados de salud y protección sanitaria, por ejemplo acceso a la vacunación.
Finalmente, por medio de un comunicado, la OMS advierte que ninguna circunstancia de salud sería justificación o excusa para expulsar a un migrante o refugiado del país de emplazamiento.