“Cuando tienes artritis reumatoide sientes dolores tan fuertes que no te dejan ni mover, que te quitan completamente la libertad”, explica María de la Concepción Cazariego Cordero, quien tardó 20 años en recibir un diagnóstico y a causa de esto ha tenido que someterse a nueve cirugías.
El 12 de octubre es el Día Mundial de la Artritis. En México, se estima que 1.6% de la población padece artritis reumatoide, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Pacientes con Artritis Reumatoide. Resalta que tres de cada cuatro casos de esta enfermedad son mujeres.
Conchita, como le dicen de cariño, tuvo su primera crisis a los nueve años, lo que la llevó a perder dos años de primaria debido a los fuertes dolores. Sin embargo, en ese momento su familia no recibió un diagnóstico y no supieron qué le había causado el malestar.
"No podía caminar, tenía inflamación de piernas, de manos, temperatura, cansancio, enrojecimiento en articulaciones, estaba tirada. Desgraciadamente tenía una familia muy grande y mi mamá tenía que trabajar para atendernos a todos, era complicado tenerme consideración, entonces ahí estuve acostada durante mucho tiempo, hasta que poco a poco me fui componiendo”, recuerda.
Cuando tenía 20 años vivió una segunda crisis en la que tampoco le detectaron la enfermedad, pero le recetaron cortisona en altas dosis, lo que hizo que se hinchara. Después se embarazó, formó una familia y fue hasta los 28 años cuando los doctores por fin le dijeron cuál era la razón de sus problemas de salud.
“En el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) me lo diagnosticaron, empecé el tratamiento con médicos reumatólogos y me dieron modificadores del tratamiento, hasta el día de hoy estoy en remisión, sin dolor y sin inflamación”, dice contenta y añade: “Es posible tener calidad de vida con artritis reumatoide”.
“La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, eso significa que el cuerpo tiene un desorden en donde ubica como antígeno al propio cuerpo, genera anticuerpos contra nuestras propias proteínas, generalmente afectando articulaciones, las que más conocemos son las de los dedos, de las muñecas, los codos, pero en general puede afectar cualquier tipo, incluyendo las de la columna”, explica la doctora Cynthia López, especialista en enfermedades crónico degenerativas de grupo Sohin.
Esta enfermedad se presenta con mayor frecuencia en personas entre 25 y 50 años de edad. Los principales síntomas son dolor incapacitante, por las mañanas; la deformación de las articulaciones, dificultad para realizar movimientos y pérdida de la motricidad fina. También suelen presentarse signos como fiebre, enrojecimiento y malestar general.
Al ser una enfermedad autoinmune no se puede evitar ni retrasar su aparición, aunque la doctora López indica que ubicar antecedentes familiares es de gran ayuda, ya que permite la detección oportuna y recibir los cuidados necesarios, lo que retrasará las posibles deformaciones.
“Te afecta completamente, no sabes qué va a pasar con tu vida”
A sus más de 70 años, Conchita ahora sonríe y trata de hacer su vida de la manera más normal posible; sin embargo, dice que hace 40 años todo esto le parecía terrible. “Llegas a caer en una gran depresión, sin saber qué va a ser tu vida, teniendo hijos pequeños, viendo que ellos son tus cuidadores”, dice.
El dolor causado por la artritis reumatoide es incapacitante. Ella recuerda que no se podía levantar, no se quería mover y dependía de su familia para hacer todas las actividades cotidianas como beber un vaso de agua o ir al baño.
El hecho de no sentirse autosuficiente debido a la enfermedad tuvo un impacto emocional muy fuerte en Conchita: “Te afecta completamente, porque no sabes qué va a pasar con tu vida. empiezan después los desamores, quién quiere a una persona con artritis reumatoide en su casa o quién quiere convivir con una persona que no está bien, que tiene una enfermedad. En el trabajo a veces también los patrones no quieren una persona enferma”.
La psicóloga Alejandra Ordúñez señala que los pacientes con artritis reumatoide se sienten impotentes porque ya no pueden realizar las cosas como las hacían antes, su movilidad se ve limitada y eso les hace genera enojo o tristeza.
Explica que los familiares no deben minimizar al paciente, sino tenerle un poco más de paciencia ya que a la persona le va a costar más trabajo realizar las actividades, algunas podrá hacerlas por sí mismo, pero en otras requerirá ayuda.
Por eso aconseja a las personas que padecen esta enfermedad "por un lado autoconocerse y entender que las cosas físicas han cambiado, pero no por ello mi parte interna. Es decir, a lo mejor yo ya no puedo bailar, porque tengo problemas en las rodillas, que eso no quiere decir que no me puedo divertir en una fiesta, lo puedo hacer”.
La doctora Ordúñez asegura que con el tratamiento requerido se puede controlar la enfermedad y los pacientes pueden llevar a cabo todas las actividades de manera normal y tener una buena calidad de vida.
Ese es el caso de Conchita, quien actualmente es profesora jubilada y poco a poco ha podido recuperar su vida, va a nadar sale de casa y hace las cosas diarias con libertad, aunque dentro de las limitaciones por la enfermedad. Los especialistas del ISSSTE que la atienden le indicaron que debe tomar un medicamento innovador que le permite estar en remisión.
La doctora López recuerda que la artritis reumatoide no se puede curar, pero que el tratamiento con fármacos, que ahora cada vez son más innovadores, los cuidados generales, la fisioterapia y llevar una buena alimentación son clave para que el paciente mejore.
En el caso de la alimentación, recomienda evitar la comida frita ya que genera una sustancia que aumenta la inflamación en el cuerpo y esto puede aumentar el riesgo de dolor e inflamación a largo plazo. Las personas con artritis reumatoide pueden comer frutas y verduras, en especial las de color verde, ya que les ayudan a reducir los dolores.
La especialista asegura que “si las personas con artritis reumatoide siguen las recomendaciones, toman su medicamento, acuden con su especialista de manera regular, esto va a hacer que la progresión sea muy largo plazo y llevar una vida completamente normal”.
Un ejemplo de que eso es posible es Conchita, quien da una recomienda a quienes acaban de recibir el diagnóstico: “Hoy por hoy, no hay otra cosa que apego al tratamiento, que vaya con un psicólogo, que coma lo mejor que pueda, que haga ejercicio y que tenga buena actitud, es muy fácil decirlo, es difícil hacerlo, pero si queremos tener una vida de calidad es necesario”.