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El 80% de los casos de ceguera en México se pudo haber evitado

Con ceguera, más de 415 mil mexicanos y 2 millones tienen deficiencias visuales .

Escrito en VIDA SANA el

“Hasta que no pueda ver regrese a consulta para enviarla con el especialista”, fue la respuesta que la médica de una de las principales instituciones de salud pública en México dio a Mariana que acudió a consulta por la presencia de carnosidades en sus ojos. Le dio consulta para dentro de dos meses.

Mientras, Gabi es una mujer feliz luego de haber revertido una miopía severa mediante una cirugía.  “Es una experiencia increíble poder ver. Es lo máximo. Es padrísimo. Es el mejor regalo de Dios”.

El 8 de octubre es el Día Mundial de la Salud Visual que tiene como objetivo crear conciencia sobre los problemas visuales que presentan millones de personas en todo el mundo y además se busca promover la visita periódica con un especialista en salud visual para un examen de la vista que permitiría un diagnóstico oportuno de enfermedades que pongan en riesgo la visión.

La Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera informa que en México existen más de 2 millones de personas con deficiencias visuales y más de 415 mil viven con ceguera. De ellas, hasta el 80% de los casos se podrían haber evitado por medio de un diagnóstico oportuno.

Casi 25% de la población tiene miopía

Por otro lado, el Instituto del Impacto Visual (Vision Impact Institute) revela que en el país más del 59% de la población padece de errores refractarios no corregidos (miopía, hipermetropía, presbicia y astigmatismo), siendo la miopía el más común, ya que afecta al 24.8% de los mexicanos.

La Federación Mexicana de Diabetes, A.C. también refiere que otra causa importante de ceguera es la retinopatía diabética, una complicación de la diabetes mellitus, enfermedad crónica de alta prevalencia en México.

“La retinopatía diabética afecta a cuatro de cada 10 mexicanos con la enfermedad, complicación que incrementa el riesgo de ceguera irreversible”.
 

Además, no solamente los datos anteriores develarían la preocupante situación de salud visual de los mexicanos pues información de la UNAM también indica que en el país 309 mil personas padecen cataratas cada año y 1.5 millones viven con glaucoma.

En ese sentido, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) refiere que, al año, dicha institución otorga más de 600 mil consultas por glaucoma, principal causa de ceguera irreversible en México.

En tanto, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) subraya que en México, 9 de cada 10 personas padecen ojo seco, el cual tiene como principal factor de riesgo la contaminación medioambiental.

La situación mundial no es mejor

Conforme datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial, se estima que aproximadamente mil 300 millones de personas viven con alguna forma de deficiencia visual y las principales causas de la visión deficiente son los errores de refracción no corregidos y las cataratas.

La OMS también detalla que la mayoría de las personas con visión deficiente tienen más de 50 años:

“Con respecto a la visión de lejos, 188. 5 millones de personas tienen una deficiencia visual moderada, 217 millones tienen una deficiencia visual de moderada a grave y 36 millones son ciegas. Por otro lado, 826 millones de personas padecen una deficiencia de la visión de cerca”.
 

En entrevista con SuMédico, Carmen Ramírez Romo, especialista en Optometría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con más de 25 años de experiencia refiere que en una deficiencia visual puede llevar a discapacidades:

“Estas discapacidades impiden la realización de la vida cotidiana. Lo más triste es que muchos de los casos de ceguera pudieron haberse evitado con un simple par de lentes o bien con una valoración inicial que permitiera un diagnóstico oportuno de disfunción visual”.
 

Ramírez dice que en México 61 millones de personas requieren de lentes y que, de estas, hasta el 60% no utilizan ninguna corrección óptica.

“La gran mayoría no sabe que necesita lentes porque no sabe que debe haberse un examen visual y tampoco sospecha que tiene un problema visual”.

Miopía, el problema visual que más afecta a los mexicanos: la historia de Gabi

De las personas o problemas que puedan causar una ceguera están las cataratas, degeneración macular asociadas con la edad, glaucoma; y algunas ametropías o problemas visuales son los más frecuentes en los mexicanos, como refiere la especialista:

“La miopía sigue siendo el problema más frecuente en los mexicanos. No implica solamente una mala visión lejana, sino que con el paso del tiempo hay cambios internos en el ojo que pueden predisponer a un desprendimiento de retina u otros problemas graves. El número de pacientes miopes en México va en aumento”.
 

Cuando iba en 4° año de primaria, Gabi Martínez sacaba malas calificaciones en las tareas que implicaban copiar algo del pizarrón.  Era una niña muy aplicada y responsable y siempre había obtenido 10 y 9 en sus trabajos, por lo que sus papás y sus hermanas no se explicaban el porqué de esas calificaciones.

Había cambiado de escuela y la maestra no la conocía. Además, la sentó en el último pupitre.

Ante las calificaciones de 5 que obtenía, su hermana revisaba las tareas y las operaciones matemáticas que había resuelto estaban correctas. Su habilidad para resolverlas no era el problema y su familia acudió a hablar con la profesora.

Fue entonces que comparando las tareas que la maestra instruía y lo que Gabi tenía en su cuaderno llegaron a la conclusión de la niña no veía bien.

Tenía 10 años y ya presentaba un alto grado de miopía. Llegó a usar lentes de los que comúnmente se llamaban “de fondo de botella” y eso la hizo pasar muy malos momentos.

 

“Era muy feo no ver. Cuando me subí al paracaídas de Acapulco no me permitieron llevar los lentes y sentí pánico estando allá arriba. También me los tenía que quitar en la alberca, el mar. Era horrible”.

La necesidad de aumentar su graduación era constante hasta que sus padres consultaron con el doctor Arata, un mexicano de origen japonés, que era el médico que atendía a su papá. Aconsejó que de inmediato cambiara sus gafas por lentes de contacto pues, dijo, eso haría que se detuviera su miopía. Desde secundaria empezó a usar los lentes de contacto.

 

“También era muy feo usar los lentes de contacto porque cada que entra un polvito o una basurita se siente como si fueran clavos. Luego, una vez iba yo en el Metro y en vez de voltear la cabeza solo giré los ojos y el lente botó. Al dar el paso, se oyo un “crash” y el lente murió. Varias veces tuve que reponer los lentes porque era un lente rígido y se salía del ojo a la menor provocación. Algunas veces logré encontrarlo y otras ya no. Debía usar lentes rígidos porque los blandos no servían para mi caso”.

Posteriormente Gabi tuvo que volver a usar anteojos por problemas de infecciones crónicas. Llegó a tener 8 dioptrías de su miopía. Y además tenía astigmatismo.

Años después, aunque su hermana Rosi le insistía en que se sometiera a una cirugía, a Gabi le daba miedo.  Asesorada por su nueva oftalmóloga, accedió a la operación que entonces se realizaba con bisturí.  Y aunque el efecto de visión corregida no fue inmediato, paulatinamente fue viendo mejor

“Y fui feliz. Es una experiencia increíble poder ver. Es lo máximo. Es padrísimo. Es el mejor regalo de Dios”.
 

¿Hombres o mujeres?

Acerca de la presencia de enfermedades en hombres y mujeres, Ramírez dice que el promedio de esperanza de vida es mayor en las mujeres por lo cual esto lleva a mayor propensión a ceguera en las mujeres:

“Es por su tiempo de vida, las mujeres llevan las enfermedades por más tiempo y empieza a disminuir su calidad de vida, lo cual siempre ha sido un punto muy marcado: la mujer siempre ha sido la más afectada, por eso debemos prevenir desde la niñez”.
 

La ceguera puede prevenirse, pero… La historia de Mariana

Mariana tiene un par de años con carnosidad en sus dos ojos, situación que según refiere, no le genera molestia alguna, pues no le causa dolor y tampoco le impide realizar sus actividades diarias; sin embargo, cada día al mirarse al espejo puede ver como esas carnosidades cubren la superficie ocular y ante esa situación decidió acudir a los servicios de salud públicos:

“Fui a mi clínica, saqué una cita desde hace como dos meses, me dijeron que con la aplicación sería más rápido hacerla y que también es más seguro así por el coronavirus. Así lo hice porque veo mi ojo cada día peor, pero haber ido y nada fue para mí lo mismo”.
 

Mariana tiene 53 años, vive con su esposo y según relata, esperaba con mucho interés su consulta médica, aunque se llevaría una gran sorpresa y decepción:

“Por fin llegué a la consulta y me atendió una doctora que por cierto no era mi doctora de siempre y me vio, me revisó de lejitos y me dijo, ah, todavía no le cubre el ojo esa carnosidad, aún puede ver bien, entonces ya cuando le impida ver regresa y entonces la enviamos con un especialista”.
 

Mariana no quiere perder la vista, en su familia hay un amplio historial de casos de glaucoma, cataratas y otros problemas de visión que han afectado a sus seres queridos pero que afortunadamente “todo ha resultado bien”, según cuenta:

“Ya operaron a mis dos hermanas y a un hermano, salieron bien; mi hermano tiene diabetes, mis hermanas solamente era la edad pues ambas ya no veían bien y pasaban los sesenta. El que me sorprendió fue mi papá, lo operaron en el Hospital de la Ceguera y quedó bien. A sus 86 hasta ve mejor que antes, nos dice que quedó como nuevo y es que fueron los dos ojos porque tenía cataratas”.
 

No todo lo que sientes en tus ojos es “normal”

La doctora Ramírez también explica que no todo lo que podamos sentir en los ojos es “normal” pues algunas sensaciones pueden ser en realidad signos de alerta que requieren ser una valoración óptica que permitiría prescribir un tratamiento adecuado y oportuno. Entre estos signos de alerta están:

- Irritación ocular

- Dolor de ojos

- Lagrimeo

- Dolor de cabeza

- Sensación de comezón (que hace que las personas tallen frecuentemente sus ojos).

Además de lo anterior, Ramírez explica que las enfermedades sistémicas son un importante factor de riesgo para el deterioro de la salud visual pues en casos como diabetes, hay un riesgo mayor de padecimientos visuales como la retinopatía o de cataratas.

Confinamiento, trabajo desde casa y la regla “20-20-20” para cuidar la salud visual

En el tema de la pandemia actual de covid-19, la doctora contextualiza y dice que durante el confinamiento es importante vigilar el tiempo que los niños y también los adultos pueden pasar frente a pantallas pues existen alternativas de protección y de corrección óptica que pueden proteger la salud de los ojos:

“Se deben proteger los ojos de la famosa luz azul emitida artificialmente por dispositivos electrónicos, pero no solamente esa luz puede dañar los ojos, también es protegerse de la luz del sol pues en ambos casos la radiación emitida deteriora la salud visual.”
 

La especialista subraya que la protección es fundamental, pero además es importante tomar descansos de las pantallas cada dos horas, por ejemplo, en el caso de trabajadores en home office:

“Nosotros tenemos una recomendación, una regla super sencilla que es la regla 20-20-20 que significa que cada 20 minutos de trabajo en computadora tu trates de ver hacia una distancia lejana por 20 segundos, a una distancia de 20 metros; solamente es voltear hacia la ventana, puedes voltear veinte veces cada 20 minutos se intente ver a una distancia lejana y entonces regresas a tu trabajo”.
 

Lo anterior, dice la especialista que permite la relajación ocular.

La covid lo complicó todo para Mariana

Mariana relata que el día de su consulta tomó las medidas adecuadas y de alguna manera justifica o trata de comprender por qué la doctora que la atendió la envió a su casa sin ninguna alternativa para la carnosidad en sus ojos:

“Pues yo creo que cómo hay tantos pacientes esperando por covid si vas por otra cosa te regresan porque piensan que eso no es urgente y no quieren gastar los materiales y medicamentos que tienen en nosotros los que aún podemos llegar por nuestro pie a que nos atiendan. Yo veía que a otras personas solamente les decían que pasaran por sus medicamentos y los regresaban”.

Proteger una de las principales entradas del nuevo coronavirus: los ojos

Ramírez refiere que además de las medidas de higiene como el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de cubrebocas se debe crear una barrera protectora para los ojos por medio de careta, goggles o lentes y evitar tocarse la cara y los ojos:

“Al regresar a casa es muy importante siempre limpiar todo, incluso sin son usuarios de armazón, las lentes y todo. Así como me lavo las manos igual hacemos”.
 

Respecto a la forma idónea de protección la especialista aclara que no solamente es utilizar los lentes:

“La manera ideal es traer lentes y careta, además de cubrebocas, principalmente en lugares concurridos como el transporte público. Así como llego a casa y lavo mis manos durante 20 segundos de forma adecuada, también se sugiere que las lentes y el armazón se laven durante 20 segundos.”

¿Cómo limpiar mis lentes durante la pandemia?

Acerca de la limpieza de lentes y armazón, Ramírez especifica que nunca deberán utilizarse solventes o alcohol:

“Solamente debo utilizar jabón, con las manos limpias, vuelvo a enjabonar mis manos y esa espuma me va a ayudar a limpiar la parte frontal del armazón, las varillas del armazón. Hay que tratar de frotar constantemente arillos y varillas, mientras que las lentes muy suavemente para al final enjuagar al chorro de agua, retiro el exceso con un paño o si tienen una toallita y finalmente uso la microfibra con la que se suelen limpiar los lentes”.

Un diagnóstico muy especial para capacidades visuales únicas

Acerca del diagnóstico, Ramírez explica ópticas o instituciones de salud que ofertan exámenes visuales gratuitos:

“Es un examen diagnóstico que funciona bien pero también está la página All About Vision que es una página dónde los pacientes pueden acercarse a resolver cualquier duda sobre su salud visual y también pueden ubicar lugares dónde hacerse un examen visual con un especialista. Lo ideal es que, si los pacientes ya se atienden con un especialista, acudan con él pues ya tiene su historia clínica; su historia visual y sabe cómo ha sido la evolución en el problema que pudiera tener”.
 

Al hablar de los costos de un tratamiento por deficiencia visual, la doctora indica que serán variables conforme el problema visual, pues cada persona tiene una capacidad visual muy especial y única que requiere de un tratamiento específico:

“Lo ideal sería aprovechar algunos programas y ofertas de protección óptica y de corrección óptica”.
 

Cuidar los ojos hoy para ver el futuro: las recomendaciones de la especialista

La doctora Ramírez indica que una buena alimentación siempre va a mantener el estado de salud general y los ojos no son la excepción pues también requiere de muy buena alimentación en las diferentes etapas de la vida:

“También debe sumarse al cuidado traer una lente que bloquee la luz UV si estoy exponiéndome al sol por más de diez minutos. En interiores también requiero de protección que bloquee esta luz nociva para mantener la salud visual. La intención de los lentes es también mantener los ojos con buena salud en edades avanzadas para gozar de una vista muy saludable”.
 

En este contexto de pandemia, la especialista además invita no solamente a tomar las medidas de protección adecuadas sino también cuidar que los especialistas que hagan una valoración visual las sigan también mientras brindan la atención requerida y que sea siempre un lugar sanitizado.

Diagnóstico oportuno: el reto

Gabi crece feliz conociendo el mundo con sus “nuevos ojos” mientras vive con la conciencia de cuidarlos luego de haber padecido deficiencia visual, situación muy distinta a la de Mariana que muestra enojo y sentimientos de desesperanza pues piensa que de nada sirvió salir y arriesgarse para recibir atención médica en la pandemia; su situación parece contradecir aquellas campañas que resaltan la importancia de un diagnóstico oportuno:

“Yo le dije que, si a poco tenía que llegar ciega para que me atendiera, pero me dijo que no me estaban negando la atención, que sacara nuevamente cita para ver cómo iba. Pues sí… necesitas ir ciego para que te atiendan, igual siempre necesitas ir muriéndote para que te den lo que necesitas”.
 

Mientras Mariana pasa sus días en confinamiento mirando cada día la carnosidad en sus ojos frente al espejo y con el temor constante de que un día no poder hacerlo por la falta de atención adecuada y oportuna, la doctora Ramírez participa en campañas de comunicación para personas con problemas visuales y reflexiona que es en este Día Mundial de la Visión cuando se presenta la oportunidad para que también los especialistas piensen que pueden y deben comunicar mensajes importantes para cuidar la salud visual:

“Podemos decirle a la gente cómo cuidar un órgano tan importante como los ojos y también decirles a las personas que gozan de una buena salud visual cómo pueden mantenerla”.

La doctora comparte que actualmente coordina una campaña grande con Essilor que tiene como objetivo concientizar acerca de la importancia de hacer pruebas visuales de forma oportuna para prevenir la ceguera y también colabora en programas con fundaciones e instituciones que llevan anteojos para personas en comunidades marginadas de Oaxaca.

También brinda apoyo y asesoría para participantes de las Olimpiadas Especiales.

“Con un diseñador mexicano hicimos una playera con la clásica prueba de la vista (test de Snellen que sirve para evaluar la agudeza visual que tiene letras)”.
 

De la campaña con la playera aclara que solamente se trata de un mensaje y que no deben sustituirse las pruebas de gabinete:

“Esta idea de autoevaluación es una invitación y si las personas no ven estas letras a un metro y medio, aunque no sea una prueba especializada, le urge un examen de la vista”.
 

Finalmente, las enfermedades visuales no solamente cambian la vida de las personas y sus familiares de forma drástica, también impactan de forma importante la economía pues desde el año 2013, una publicación de la Revista Mexicana de Oftalmología indicaba que la ceguera en México tenía un costo anual de aproximadamente 431.3 millones de euros.