De acuerdo con la doctora Camille Lasalle de la University College London (UCL), una dieta inflamatoria puede afectar el estado de ánimo de las personas.
Un estudio reveló que al parecer ciertas dietas podrían tener un efecto positivo para el estado de ánimo.
Pero también los hábitos alimenticios pobres o con exceso de ingredientes nocivos para la salud pueden aumentar el riesgo de depresión.
Te recomendamos: Nuevo test que predice respuesta a inmunoterapia
Alrededor de 31 mil personas participaron en el estudio que concluyó que los alimentos procesados o que con grandes cantidades de grasa o azúcar, producen inflamación intestinal.
La inflamación no solo se presentó a nivel intestinal sino también en todo el cuerpo, conocida como inflamación sistémica.
En este sentido, una dieta proinflamatoria induce a una inflamación sistémica que aumenta el riesgo de depresión de manera significativa.
Al presentar inflamación crónica se puede afectar la salud mental por la transportación de moléculas pro-inflamatorias al cerebro.
Asimismo, las moléculas transmisoras responsables de la regulación del estado de ánimo pueden ser afectadas.
Conoce más sobre: Espárragos previenen el crecimiento de tumores
El estudio sostiene que una dieta inflamatoria puede aumentar el riesgo de tener depresión debido a la relación que se presentó con los nuevos casos de depresión.
En tanto, quienes seguían una dieta mediterránea tradicional tenían una probabilidad mucho menor de desarrollar depresión.
De igual forma, un estudio realizado en Australia mostró que una dieta mediterránea modificada ayudó a pacientes con depresión severa durante 12 semanas.
Las investigaciones aseguran que el papel de las intervenciones dietéticas es muy importante para la salud mental, en particular la dieta mediterránea tradicional.
Aunque aún no existe la clara certeza de la influencia de la nutrición en la salud mental de las personas, su importancia radica en la ingesta de nutrientes como ácidos grasos, vitaminas B, zinc y magnesio, benéficos en la función cerebral.
La nutrición debería empezar a considerarse parte importante de la psiquiatría debido a que puede modular las vías neurológicas relacionadas con la salud mental.
Un estudio reveló que al parecer ciertas dietas podrían tener un efecto positivo para el estado de ánimo.
Pero también los hábitos alimenticios pobres o con exceso de ingredientes nocivos para la salud pueden aumentar el riesgo de depresión.
Te recomendamos: Nuevo test que predice respuesta a inmunoterapia
¿Cómo afecta la dieta inflamatoria a la mente?
Alrededor de 31 mil personas participaron en el estudio que concluyó que los alimentos procesados o que con grandes cantidades de grasa o azúcar, producen inflamación intestinal.
La inflamación no solo se presentó a nivel intestinal sino también en todo el cuerpo, conocida como inflamación sistémica.
En este sentido, una dieta proinflamatoria induce a una inflamación sistémica que aumenta el riesgo de depresión de manera significativa.
Al presentar inflamación crónica se puede afectar la salud mental por la transportación de moléculas pro-inflamatorias al cerebro.
Asimismo, las moléculas transmisoras responsables de la regulación del estado de ánimo pueden ser afectadas.
Conoce más sobre: Espárragos previenen el crecimiento de tumores
Dieta mediterránea contrarresta efectos de dieta inflamatoria
El estudio sostiene que una dieta inflamatoria puede aumentar el riesgo de tener depresión debido a la relación que se presentó con los nuevos casos de depresión.
En tanto, quienes seguían una dieta mediterránea tradicional tenían una probabilidad mucho menor de desarrollar depresión.
De igual forma, un estudio realizado en Australia mostró que una dieta mediterránea modificada ayudó a pacientes con depresión severa durante 12 semanas.
Las investigaciones aseguran que el papel de las intervenciones dietéticas es muy importante para la salud mental, en particular la dieta mediterránea tradicional.
Aunque aún no existe la clara certeza de la influencia de la nutrición en la salud mental de las personas, su importancia radica en la ingesta de nutrientes como ácidos grasos, vitaminas B, zinc y magnesio, benéficos en la función cerebral.
La nutrición debería empezar a considerarse parte importante de la psiquiatría debido a que puede modular las vías neurológicas relacionadas con la salud mental.