Algunos están hartos de su trabajo y pueden hasta reprocharlo, pero cuando se quedan sin empleo, y luego de varios intentos no logran conseguir uno, pero toda la responsabilidad y las cargas económicas del hogar siguen ahí, la probabilidad de tener daños en la salud física y mental son muy grandes.
El portal trabajando.com publicó que cuando una persona se encuentra desempleada, los trastornos psíquicos como la depresión, tristeza, estrés, inapetencia sexual y algunos problemas del sueño como insomnio y sueño ligero, aparecen.
Y eso no es todo, sino que además hay un mayor riesgo de iniciar un consumo abusivo del alcohol y otras drogas, así como aumentar trastornos de ansiedad, pánico, trastornos obseso-compulsivos, fobias y problemas de percepción y atención, según refirió un estudio de la Universidad de Barcelona.
Y de acuerdo con esta misma investigación, si afecta de forma severa el desempleo, además puede causar asma, artritis, úlceras, cefaleas y cardiopatías coronarias.
Para evitar y prevenir esto, Margarita Chico, directora del portal, recomendó que quienes se encuentren sin empleo se apoyen en sus familias, procurando que no sentirse solos y asumiendo el desempleo como un problema de toda la familia y no únicamente del individuo desempleado.
“Hay que tener muy claro que el aumento de la tensión familiar no debe ser siempre considerado como una consecuencia directa del mismo desempleo, ya que éste actúa como un factor que acentúa el tipo de relaciones familiares que ya existían”, añadió. (Con información de El Excélsior)