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“Desde pequeña me escurría líquido de la nariz, después dejé de oír"

La meningitis puede estar causada por distintas bacterias y es mortal hasta en el 50% de los casos no tratados.

Escrito en VIDA SANA el

Ana María recuerda cómo desde pequeña le escurría líquido de la nariz. Pero al consultar con los médicos solamente lo tomaban como gripa hasta que a los cuatro años cayó en coma y para entonces ya tenía infección.

El Día Mundial de la Meningitis, se celebra el 24 de abril de cada año; se trata de una enfermedad grave, que afecta la médula espinal y las membranas del cerebro, lo cual genera lesiones graves, discapacidad y en algunos casos, hasta la muerte.

En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que la meningitis puede estar causada por distintas bacterias y es mortal hasta en el 50% de los casos no tratados.

Las bacterias causantes de la meningitis, refiere información de la OMS, se transmiten de persona a persona a través de gotículas de las secreciones respiratorias o de la garganta:

“La propagación de la enfermedad se ve facilitada por el contacto estrecho y prolongado con una persona infectada. El periodo de incubación medio es de 4 días, pero puede oscilar entre dos y 10 días. La enfermedad meningocócica puede ser mortal y debe considerarse siempre como una urgencia médica. El tratamiento antibiótico apropiado debe comenzar lo antes posible”.

Infecciones del sistema nervioso aparecen con datos clínicos que son muy generales

En entrevista con Sumédico, el doctor Gerardo López Pérez, alergólogo e infectólogo Pediatra, Director General de Asistencia Pediátrica Integral (API) y socio titular de la Academia Mexicana de Pediatría advierte que en la actualidad la meningitis sigue siendo un grave problema pues se trata de una neuroinfección que afecta el sistema nervioso central:

“No es la única neuroinfección, también está la encefalitis, pero en el caso de la meningitis, la infección afecta en su totalidad a la capa que envuelve a todo el sistema nervioso. Hablar de meningitis es hablar de un solo proceso que involucra las capas que protegen al cerebro. La meningitis se debe abordar de acuerdo con el grupo de edad, es diferente la meningitis en niños que en adultos pues los agentes infecciosos son distintos”.
 

López Pérez quien también es autor de los libros: “Asma Perspectiva Actual” y “Alergias y sus Comorbilidades” aclara que la meningitis que afecta a un recién nacido es distinta a la que afecta a un adolescente y por ello, deben ser diferenciadas por causas y por efectos:

“Las infecciones del sistema nervioso aparecen con datos clínicos que son muy generales, pero pues los médicos pueden pensar en otros datos o síndromes por eso es importante identificar el síndrome febril en el cual los pacientes comienzan con fiebre; una temperatura muy elevada que revelaría una infección”.
 

Además de lo anterior, el Coeditor de la revista "Alergia, Asma e Inmunología Pediátricas" hace énfasis en que los especialistas deben revisar el cuadro infeccioso y el más común es el cuadro respiratorio:

“Pongo el ejemplo del coronavirus que, aunque no da el cuadro que da la meningitis, sí afecta el sistema nervioso; en un sitio específico del cerebro que regula el olfato, por eso las personas dejan de percibir olores. Además del síndrome febril y el cuadro infeccioso, los especialistas deben considerar infecciones en otro sitio; puede ser caries dentales que puede llevar a sinusitis la cual a su vez afecta la circulación y es el ejemplo de un cuadro que parte de los dientes y puede ir hasta el cerebro. Otro ejemplo es la otitis que a su vez puede llevar a meningitis o encefalitis”.

El caso de Ana María: dejar de escuchar por la meningitis

Ana recuerda cuando cayó en coma por primera vez:

“La primera vez tenía cuatro años y duré, así como dos meses. Me hacían punciones lumbares y trataron la infección, pero después a los once volvió y me localizaron una fistula que taparon con un injerto de mi abdomen”.
 

Ana cuenta que luego del injerto su vida continuó y fue cuando cumplió 23 años que volvió a recaer pues la infección atacó su cuerpo con más fuerzas, dejando secuelas irreversibles en sus oídos:

“Como te comenté la entrevista es escrita, porque no puedo hacer una llamada, quedé sorda por la meningitis. Hasta la fecha mi mayor apoyo ha sido mi madre y he tratado de salir adelante pues ningún aparato auditivo me ha servido”.
 

De las recomendaciones basadas en su experiencia, Ana dice que es muy importante acudir a una buena revisión médica y a tiempo, además de tener mucha higiene; lavarse las manos pues “las bacterias llegan al cerebro”.

La joven hace también un llamado para que existan más vacunas disponibles a cuidar a los niños y ponerles atención:

“Hay que hacerles caso a los niños, es importante distinguir cualquier cambio en su comportamiento. En mi caso, la meningitis me dañó porque nací con una fistula que aún tengo, por ahí me pueden entrar bacterias que llegan al cerebro. Otro problema fue que mi fistula es pequeñísima y no salía en una resonancia”.
 

Cartilla de vacunación completa: una acción que salva vidas

El doctor López Pérez por eso resalta la importancia de prestar atención en algunos síntomas que, si bien pueden ser causados por otras enfermedades, también pueden ser propios de la meningitis:

“En pequeños, no dejan llorar, en adultos hay dolor de cabeza, desorientación, irritabilidad y vómitos. Otro efecto grave es el síndrome convulsivo, es decir, los pacientes pueden llegar a también pueden llegar a convulsionar. Por eso, si observamos fiebre, cuadro catarral, cuadro meníngeo, cuadro encefálico y vómito, eso habla de un problema más serio, pero puede ser peor con hipertensión endocraneana que hace que el cerebro prácticamente no quepa en la cabeza. Los bebés que tienen fontanela tienen la posibilidad de que su cerebro crezca, pero en niños mayores d e dos años que ya se cerró la fontanela, puede presentarse ese problema reflejado en movimientos anormales; el cerebro se hincha terriblemente”.
 

Acerca de la prevención el doctor explica que antes de las vacunas que hoy conocemos como haemophilus influenzae tipo B y neumococo la situación era más grave pero ahora esas vacunas han hecho que se reduzcan mucho las neuroinfecciones por esos gérmenes sin embargo se siguen presentando muchas meningitis:

“Esta enfermedad es más grave aún en niños desnutridos, obesos o niños con otras enfermedades como cáncer. Son niños que son “presa fácil” para ese tipo de infección. La situación no es tan alta como antes aunque siguen habiendo bacterias que la causan como la tuberculosis, por ello, vacunar contra tuberculosis previene la meningitis tuberculosa, no se trata de solamente poner la vacuna de neumococo o aemophilus. La meningitis es una entidad en la que los especialistas deben estar pendientes al cuadro clínico pues no todos los casos se presentan de la misma manera, algunos niños pueden solamente tener convulsiones”.
 

López explica que algunos factores de riesgo para la enfermedad son:

- Que un niño nazca prematuro (antes de 38-40 semanas)

- Bajo peso al nacer

- Incumplimiento de la cartilla de vacunación

- Nutrición deficiente o inadecuada.

El doctor invita a que los padres estén muy atentos:

“Cuando los médicos sospechan de meningitis, no se les debe de dar antibióticos, sino evaluar si tiene meningitis y a nivel hospitalario se hacen varios estudios; se toma una muestra de sangre para identificar un proceso infeccioso. La forma de comprobar si se tiene la enfermedad es por medio de una punción lumbar que es la introducción de una aguja o jeringa para sacar líquido cefalorraquídeo que es el que circula entre el cerebro y las distintas capas que funciona como “lubricante”. Este líquido se analiza en el laboratorio y da orientación. Se mide cuántas células tiene, cuánta azúcar tiene y se mide cuántas proteínas tiene: estos tres elementos nos dicen si ese paciente tiene meningitis bacteriana, viral o tuberculosa, además se pide la tomografía”.
 

La crisis de la pandemia: ¿quédate en casa, ¿con meningitis?

El doctor aprovecha el espacio para hacer una reflexión importante en torno a la pandemia:

“Todo mundo habla de la vacuna de coronavirus, pero no de la cartilla de vacunación y la aplicación de las vacunas adecuada es fundamental para evitar los casos de meningitis. Estamos en un riesgo elevadísimo de que los niños no tengan sus vacunas por la pandemia”.
 

Además, explica que una problemática muy importante para la detección y tratamiento de la meningitis es la ignorancia de los especialistas y la población en general, pues cuando los padres llevan a los menores a una consulta médica por síntomas relacionados con la enfermedad, solamente se les prescribe antibióticos:

“Mientras más rápido se diagnostique es mejor, como especialistas tenemos la obligación de sospechar en meningitis y si tiene dudas tiene que enviar a segundo nivel para punción lumbar y hacer las pruebas correspondientes. Tercer nivel ya es en casos de gravedad”.
 

Acerca del tratamiento, el doctor López señala que el primer tratamiento es no dar medicamentos que no son adecuados:

“El manejo de una meningitis es a nivel hospitalario, nunca en clínica y jamás en casa. Un tratamiento inadecuado puede alterar el habla y la escucha, por ello, no debe retrasarse el diagnóstico y tampoco prescindir del plan de vacunación”.

Exigir a los especialistas y seguir adelante pese a las secuelas…

El doctor López Pérez recomienda entonces que todos los pacientes que tengan cualquiera de los síntomas descritos anteriormente y que no se resuelvan en 48 horas, acudan nuevamente a un especialista para descartar una neuroinfección:

“Deben exigir a los médicos ser derivados a un hospital y recibir un tratamiento hospitalario que permita evitar complicaciones y muertes. La medida preventiva principal y obligatoria es llevar el esquema de vacunación completo, no porque haya pandemia debemos dejar de vacunarnos y exigir también que el gobierno haga disponibles las vacunas; he sabido que se han negado algunas vacunas pues no se tienen, no las hay. Debemos tener cuidado, informarnos y exigir”.

Finalmente, Ana cuenta que su vida, ha seguido adelante pese a las adversidades derivadas de la meningitis y aprovecha el espacio para compartir una reflexión acerca de los daños que puede causar la meningitis y pedir apoyo:

“Quiero decirles que la meningitis es muy agresiva, puede dejar secuelas que son irreversibles como en mi caso; me diagnosticaron anacusia bilateral irreversible y ahora busco algún trabajo en línea, si saben algo, me avisan”.