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¿Cuánto tiempo puede estar un riñón fuera del cuerpo?

En México más de 16 mil personas están en lista de espera para un trasplante renal

Escrito en VIDA SANA el

En México hay más de 16 mil personas en espera de un trasplante renal, principalmente a causa de enfermedades crónico degenerativas como diabetes mellitus, hipertensión arterial y lupus eritematoso. Si alguna vez te has preguntado cuánto tiempo se puede mantener un riñón fuera de un cuerpo antes de se trasplantado, a continuación te explicamos.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene la capacidad de conservar un riñón fuera del cuerpo humano por un periodo entre 20 y hasta 67 horas, gracias a la “Máquina RM3 de Perfusión Pulsátil”, la única que hay en Latinoamérica y que se encuentra en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza.

Al año se trasplantan entre 65 y 79 riñones que provienen de cadáver,  90% de ellos se manejan en la máquina de perfusión, que suple las funciones de una circulación extracorpórea. Cuenta con un termostato que regula la temperatura, un intercambiador de frío, mide las pulsaciones por minuto, la presión sanguínea y la resistencia de los órganos. Además, es capaz de determinar el funcionamiento del riñón después de examinarlo por 20 horas para saber si el órgano es viable o no.

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Mariano Hernández Domínguez, jefe de la División de Trasplantes de la UMAE, explica que los riñones se preservan mientras se realizan los resultados de compatibilidad de los receptores candidatos a recibirlos riñones.

“Se usa también en situaciones en los que se tienen duda: por ejemplo, en donantes de más de 60 años que tienen diabetes e hipertensión de larga evolución, nosotros hacemos esta prueba clínica en la máquina de más de 20 horas y sabemos cómo van a funcionar los riñones para saber si son viables o no”, indica.

Detalla que cuando son procurados los órganos y llegan al hospital, especialistas en perfusión le realizan a los riñones una cirugía de banco, en la cual les quitan la grasa y los dejan con las arterias, las venas y la uretra lo más limpios posibles para conectarlos a la máquina.

“La máquina nos ha permitido llegar a más derechohabientes y esto ha sido posible gracias a la donación cadavérica de familias que han perdido un ser querido para ellos, pero que nos permite extender su vida a través de otras personas que están esperando el órgano”, destaca el doctor Hernández Domínguez.