La cirugía de reducción de senos o reducción de mamas no es tan común como la de aumento, pero en muchos casos es un procedimiento necesario para la mujer, ya que los pechos muy grandes pueden afectar la calidad de vida, causando dolor de espalda, de cuello y hombros.
A continuación te decimos todo lo que debes saber sobre esta cirugía, cómo se hace, a partir de qué edad y cuáles podrían ser las complicaciones.
Cirugía de reducción de senos
De acuerdo a expertos de Mayo Clinic, la cirugía para reducción de senos o mamas es un procedimiento seguro y eficaz para aliviar el dolor del cuello y la espalda, así como otros problemas de los senos muy grandes.
En la mayoría de los casos, se recomienda que las adolescentes esperen hasta terminar su desarrollo para someterse a la reducción de mamas.
Sin embargo, cuando los síntomas hacen difícil realizar las actividades cotidianas o interfieren con la calidad de vida, se puede proseguir con la reducción de las mamas aunque no haya terminado el desarrollo.
En ese caso y si los senos todavía no han terminado de desarrollarse, existe la posibilidad de requerir una segunda operación más adelante.
Entre los síntomas que indican que es necesaria una cirugía de reducción de senos se encuentran:
Dolor crónico de espalda, cuello y hombros
Irritación o erupciones crónicas debajo de las mamas
Dolor en nervios
Dificultad para hacer algunas actividades
Problemas para encontrar sostenes y ropa adecuados
Igual que con toda cirugía, la reducción de las mamas conlleva algunos riesgos; pero si la haces en manos de un cirujano acreditado y con experiencia, esos riesgos son bajos.
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¿Cómo se hace?
Este procedimiento consiste en extraer de las mamas el exceso de tejido y piel, explican los especialistas de Mayo Clinic. La técnica específica que se emplea en la cirugía puede variar un poco.
Por lo general, el cirujano hace una incisión alrededor de la areola (la parte oscura que rodea el pezón) y luego baja por el seno. Después, retira el exceso de tejido mamario, de grasa y de piel para reducir el tamaño del seno.
En condiciones normales, no se separa el pezón ni la areola para mantenerlos conectados a provisión sanguínea y conservar la sensibilidad en el pezón después de la cirugía; pero en ciertos casos raros, puede ser necesario extraer el pezón y la areola para luego reconectarlos más alto en el seno, como injertos de piel. En esos casos, el pezón queda entumecido después de la cirugía.
A fin de que la paciente pueda ser apta para la cirugía de reducción de mamas, debe gozar de buena salud y ser capaz de tolerar la anestesia.
Además, necesita tener suficiente tejido mamario restante después del procedimiento para que sea posible moldearlo nuevamente en un seno de menor tamaño que coincida con su peso y estructura corporal.
Beneficios y riesgos
La cirugía para reducción de senos suele aliviar el dolor crónico de la espalda, los espasmos musculares del cuello y el dolor del hombro provocado por los senos grandes. Otras ventajas generales son: mejor postura, mejor apariencia de los senos y menos irritación en la piel debajo de los senos.
En general, los riesgos principales de la cirugía para reducción de las mamas son los mismos que los de cualquier otra cirugía, o sea, de infección, sangrado y coágulos sanguíneos.
Existe también la posibilidad de sentir entumecimiento en los pezones y las areolas después de la cirugía.
Además, advierten los especialistas de Mayo Clinic es importante estar consciente de que se tendrán cicatrices permanentes en la parte interior y exterior de los senos, las cuales se van atenuando con el tiempo, pero nunca desaparecen.
En algunos casos, la cirugía para reducción de senos dificulta la lactancia, pero todo depende de la técnica quirúrgica utilizada. Habla con el cirujano acerca de la técnica a emplearse y la probabilidad de que interfiera con la lactancia.