Las fiestas son un sube y baja emocional que al final pueden ocasionar estrés y depresión en las personas por varias causas, “el primer motivo puede ser el económico, las compras de última hora, los compromisos adquiridos con los familiares, el organizar banquetes en casa además de los anuncios publicitarios que marcan la pauta de cómo deben ser las cosas en estos días”, comentó la psicóloga Sofía González.
El estrés también puede ser generado por cuestiones físicas, los hábitos alimenticios cambian debido al exceso de comida y bebida además de las desveladas y la falta de ejercicio. Todo esto se acumula y al final el año se comienza con kilos demás que hacen sentir a la gente mal consigo misma, detalló la psicóloga miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México, A.C.
Por la parte emocional, González comentó a SUMEDICO que la cena puede ser tensa si en la familia o pareja hay problemas no resueltos, “el fin de año lleva a la angustia por todas las cosas que nos hicieron, es el tratar de realizar todo lo que no se realizó en el año, es por ello que de la angustia parten las compras compulsivas, es un reflejo de esa defensa maniaca”, detalló. Hay que recordar que maniaco es todo actuar por actuar sin detenerse a pensar por qué se está tomando cierta actitud o ejecución.
“Cumplir con el famoso Guadalupe Reyes va más allá, es provocado por causas emocionales, vínculos familiares o sociales, hay nostalgia y tristeza. Esto sucede sobretodo con los jóvenes, se hace más evidente cuando hay conflictos no resueltos”, advirtió la experta.
Para aliviar la angustia del fin de año y comenzar sin estrés, González recomienda los siguientes pasos:
1.- En lo económico controlar el bolsillo, tener un presupuesto realista.
2.- En lo emocional se deben ajustar expectativas, no hay milagros, las cosas cambian cuando uno hace que sucedan.
3.- Socialmente no se tienen que ir a todos los eventos si no se desea, con esto se evita la ansiedad.
4.- Recapitular qué es eso que nos angustia, ir a un psicoterapeuta para que ayude a revelar y enfrentar los conflictos del día a día y así volver a caer en el vacío y la tristeza.